El inaceptable acontecimiento que costó la vida de un joven estudiante en Irapuato, Guanajuato, así como de la joven que fue herida de gravedad a manos de la Guardia Nacional evidencia, una vez más, la fallida línea que en materia de seguridad ha implementado la 4T.
Con estos hechos se pone en evidencia que no se ha cumplido con las expectativas del pueblo de México, y eso es en gran parte, responsabilidad del presidente de México, debido a que la Guarda Nacional debió ser desde su concepción, un organismo civil y no militar.
Y para muestra las cifras, que contrastan con lo que todos los días dice en su conferencia mañanera sobre que la incidencia delictiva va a la baja. Tan sólo en 2021, en promedio fueron asesinadas 26 personas, por cada 100 mil habitantes. Son cifras alarmantes.
Hemos observado que en los informes que ha presentado la GN sólo se enlistan unas pocas acciones, pero no hay un sustento ni una estrategia definida; los condenables sucesos en Irapuato también demuestran que no hay capacitación ni profesionalización de los elementos.
Con un decepcionante desempeño, así como está conformada actualmente, la Guardia Nacional no está dando seguridad a los mexicanos. Ante ello, es urgente y necesario que se reestructure toda la política de seguridad en el país, ya que en lugar de dar resultados vemos errores y operaciones fallidas que cimbran a la ciudadanía.
Lo importante es, desde todos los frentes, seguir reclamando que haya justicia, seguridad y que se investigue y castigue a los responsables. Que estos hechos no queden en el olvido ni se cubran con cortinas de humo.
Este tipo de hechos, se pudieron haber evitado con darle orden a los sistemas de policía en este país, pero vemos que el presidente tiene otras prioridades.
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En necesario echar para atrás el daño que ha hecho este gobierno a los mexicanos, meter reversa a la Guardia Nacional para hacer que un mando civil esté al frente de dicha institución que proporcione seguridad y certeza a los ciudadanos.
Es necesario proporcionar capacitación, tecnología, mayor presupuesto y plantear estrategias efectivas para que estén distribuidos en el país de manera estratégica y no a contentillo del presidente.