Por Connie Molina
“Las mujeres son educadas para depender de un hombre y sentirse desnudas y asustadas sin él. Se nos ha enseñado a creer que, como mujeres, no podemos estar solas, que somos demasiado frágiles, demasiado delicadas, demasiado necesitadas de protección.” Colette Dowling
¿De qué se trata?
- Es un fenómeno psicológico que predispone a las mujeres a valorarse a sí mismas y a sus vidas dependiendo de la proximidad de una figura protectora.
¿Piensas qué esta creencia es solo de mujeres? ¿Crees que los hombres no piensan así?
- Afortunadamente pienso que hoy, tanto mujeres como hombres estamos cambiando esta forma de pensar, sin embargo, podemos darnos cuenta dentro de algunos círculos en los que nos desenvolvemos, como este pensamiento todavía es común entre muchos aun cuando no lo hagan consciente.
- Tengo varias amigas y amigos que siguen pensándolo aun cuando no lo reconozcan, es un patrón de comportamiento alimentado por costumbres y estereotipos acerca de los roles del hombre y la mujer.
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Tal vez, todas hemos tenido alguna vez ese deseo inconsciente de ser protegidas y cuidadas, y muchos hombres han tenido que cargar con el estereotipo del “príncipe azul” que sacrifica todo con tal de rescatar “a la indefensa princesa”, hasta el punto de dejar de lado gustos, deseos y actividades, para tener al lado a esa persona especial que venga a cargar con todas nuestras necesidades emocionales insatisfechas y nuestro miedo a ser independientes.
¿A qué nos lleva esta forma desadaptativa de relacionarnos?
A la dependencia emocional, que siempre menciono.
¿Tienen algunas mujeres todavía a estas alturas del partido la necesidad de un príncipe?
- Sí, varios psicólogos investigadores reconocen algo de atávico y persistente en ciertas mujeres, incluso aquellas de las generaciones X y Z, que tienen que ver con la educación familiar y con la propia red de conocimientos.
¿Cuál es el precio a pagar?
- Una amarga desilusión acompañada de un corazón atrincherado.
¿Qué podemos hacer para romper con estos mitos?
- Darnos cuenta de que tanto “el príncipe azul cómo la princesa” ¡NO EXISTEN!
Giulio Cesare Giaccobe (psicólogo) menciona:
- El lema “Somos humanos” debería ser válido en las relaciones afectivas
- Las mujeres sometidas a los hombres son todavía las 3/4 partes del planeta; no todas reciben una educación para la independencia y la autoafirmación por motivos sociales y culturales
- “El príncipe” está representado actualmente por el hombre exitoso, con aspiraciones muy diferentes a las de dedicar su vida a preocuparse por las necesidades emocionales de su pareja.
- Las “princesas” por lo regular son mujeres afectas a neurosis infantiles, esto es porque tienen una cuota de desconexión con la realidad.
¿Cómo podemos desaprender este mito tóxico?
- Sintiéndonos mujeres seguras, hermosas, realizando nuestras metas, apreciando nuestra independencia, enseñando a nuestras hijas a amarse, a valorarse, a realizarse, a ser independientes, dándoles cómo padres seguridad y amor suficientes para que su autoestima no dependa de nadie más.
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