Tarde o temprano sabíamos que el presidente, un politólogo que tardó 14 años en obtener su título, nos llevaría a una crisis económica y hoy, estamos ante ella. El panorama económico nacional no luce favorable para nuestro país y por supuesto, las primeras afectadas son las familias mexicanas que hoy se enfrentan a una canasta básica con variaciones de precio que oscilan entre el 17.4% y hasta el 113%.
Tal es el caso de la tortilla de maíz, un alimento básico para los hogares mexicanos que para la primera quincena de abril presentó una variación del 17.4%, es decir, durante el mes de abril con lo que antes comprabas un kilo de tortilla, ahora solo te alcanzaba para comprar 830 gramos y ni hablar del limón o la cebolla que tuvieron variaciones del 46.4% y del 113.8% respectivamente. Y antes de que me digan que tienen otros datos solo les digo que los que presento aquí son del INEGI.
Ocurrente como siempre, López Obrador tuvo la “grandiosa” idea de controlar los precios, como si la experiencia histórica no nos demostrara que tratar de controlar los precios desde el poder solo genera distorsiones en el mercado.
La Escuela de Negocios de la Universidad de Chicago, The Chicago Booth School of Business, consulta de manera periódica a destacados economistas sobre temas de interés, incluidos los controles de precios.
La mayoría de los economistas no creen que los controles de precios al estilo de la década de los setentas puedan estabilizar con éxito la inflación durante horizontes de 12 meses, sin embargo, son más los altos costos que implican estos controles, por ejemplo, las interrupciones en el mercado, las pérdidas para los productores, pérdida de calidad, escasez y potencialmente un “mercado negro” o de ventas ilegales.
Hace unos días el presidente dio a conocer un ¨plan¨ para estabilizar los precios de productos de la Canasta Básica, desde luego que sería la primera en alegrarme si esto realmente significara una buena noticia para la economía de las y los mexicanos, pero el ¨plan¨ o Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC), como lo denominó, no es otra cosa que un control de precios disfrazado de política pública emergente.
Es muy probable que los defensores a ultranza del presidente argumenten que no es un control de precios, sino un acuerdo de estabilización, pero el propio titular del Ejecutivo Federal no pudo ocultar en su discurso y dejar entrever que en realidad si lo es:
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“Hemos podido mantener sin un crecimiento desmedido la inflación porque tomamos a tiempo la decisión de controlar los precios de los combustibles, esto nos ha permitido que tengamos una inflación más baja que en Estados Unidos, de un punto menos y se refleja con mucha claridad en el componente energético. Sin embargo en lo que tiene que ver con alimentos y otros bienes, ahí sí nosotros tenemos un incremento mayor, por eso se tomó la decisión de actuar en lo que tiene que ver con los alimentos”.
De no haber aceptado los empresarios la “propuesta”, el inquilino de Palacio Nacional, fiel a sus formas, lo hubiera hecho por decretazo, al final, en los hechos estamos ante un control de precios y sus riesgos ahora son latentes.
Hay que tomar en cuenta que las cadenas de suministro de un producto están llenas de diferentes agentes del mercado y aunque momentáneamente veamos una reducción, esa reducción tendrá impacto en alguno de estos agentes, y muy seguramente serán aquellos más débiles sin otra opción más que la de asumir el abaratamiento de sus productos, con tal de poder venderlos.
Muy probablemente serán los pequeños productores que no tendrán capital para soportar la competencia poco equitativa contra los grandes productores que tendrán precios más bajos, muy seguramente serán los pueblos y localidades más alejados que consumen local y que tendrán escasez por el alto costo de los insumos.
En economía uno más uno es dos, no puedes alterar el resultado mágicamente, ni por decreto ni por acuerdo.
El ganso es ganso, aunque por acuerdo le llames pato/ El control es control, aunque por acuerdo le llames estabilización.
DETALLES. El próximo 12 de mayo tendremos el Congreso de la Organización Demócrata Cristiana de América que aglutina a 34 partidos políticos de 21 países que compartimos los principios del humanismo, defendemos las libertades, la democracia y a las instituciones. Es un honor para el Partido Acción Nacional recibirlos en la Ciudad de México. ¡Bienvenid@s!