Capotear al toro será cada vez más difícil... para los automovilistas que conducen en estado de ebriedad.
Las recientes reformas al Reglamento de Tránsito de la Ciudad de México están encaminadas a fortalecer el cumplimiento de las sanciones para los conductores que reprueben el test de alcoholemia en los puntos del operativo Conduce Sin Alcohol.
Desde este mes, las horas de arresto decretadas por un Juez Cívico deberán cumplirse en su totalidad en el Centro de Sanciones Administrativas conocido como Torito, de lo contario, el propietario no podrá retirar el vehículo del corralón.
La medida busca inhibir el trámite de amparos, que ha permitido evadir la sanción ante un programa de efectividad probada. Se estima que alrededor de 4 de cada 10 conductores ebrios opta por tramitar uno.
Creado en 2003, el alcoholímetro, coordinado por el Subsecretario de Participación Ciudadana y Prevención del Delito, Pablo Vázquez, y en el que el Consejo Ciudadano participa de manera activa para prevenir cualquier acto de corrupción y preservar la efectividad de la estrategia, ha aplicado más de 2 millones de pruebas.
Además, cerca de 250 mil automovilistas que conducían en estado de ebriedad han sido remitidos al Torito. Pero lo más importante, redujo el número de personas fallecidas en hechos de tránsito en 2021 en un 34 por ciento, comparado con 2020.
Fortalecer la cultura cívica y vial a través de programas de concienciación es labor de todas y todos, pues la inmensa mayoría de los percances y su nivel de mortalidad son totalmente prevenibles.
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Las estadísticas de siniestralidad indican que más del 90% de los accidentes automovilísticos están directamente relacionados con los conductores: distracción, manejar por arriba de los límites de velocidad, consumo de alcohol, cansancio, no respetar las reglas de tránsito o no dar mantenimiento adecuado a los vehículos son las causas más comunes.
En las grandes ciudades, entre el 25% y 30% de los accidentes automovilísticos son provocados por el consumo de alcohol, y se podrían prevenir en la medida que las y los automovilistas dejen de manejar cuando hayan ingerido bebidas alcohólicas en exceso.
Como ciudadanía (y conductores) responsable podemos contribuir a la creación de espacios más seguros y libres de percances viales.