La salud es un derecho que tenemos todas y todos los mexicanos y el Estado tiene la obligación de procurar su pleno ejercicio. En ese sentido, el gobierno mexicano está actuando correctamente para atender una de las necesidades básicas de la población. Para nadie es un secreto que desde hace años el sector público de la salud estuvo abandonado y que se descuidaron especialmente las poblaciones más alejadas.
De ahí que haya sido indispensable transformar a las instituciones como el mal llamado Seguro Popular, que ni era seguro y menos popular. El Gobierno de la República ha tomado la decisión de contratar médicos en el extranjero, en un esquema de cooperación para el desarrollo. Hay que considerar que se han realizado diversas convocatorias para ocupar plazas en zonas rurales que requieren de personal médico y que nuestros connacionales por diversas razones no han acudido a ellas.
Lamentablemente el tema se ha politizado y se ha creado un falso debate, en apariencia por cuestiones ideológicas ya que se trata de personas provenientes de Cuba. Conviene recordar que, en ese país, pese a todas las dificultades que han pasado en los últimos 60 años, se ha creado uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo y que sus profesionales son reconocidos por su gran capacidad.
La contratación de 500 profesionistas de la medicina no excluye en manera alguna la posibilidad de que las doctoras y doctores mexicanos puedan acceder a una de las plazas que se están ofertando. Se trata de que en forma solidaria se pueda mejorar la calidad de vida y el bienestar de nuestro pueblo, que en muchas ocasiones tiene que desplazarse a largas distancias para poder resolver cualquier situación de salud, ya sea de carácter básico y no se diga en casos especializados.
La cooperación con el gobierno cubano y sus profesionales de la medicina contribuirá, sin duda alguna, a seguir avanzando en el mejoramiento de la salud de todas las personas, en especial de quienes mayores carencias tienen.