Los últimos días han resultado fundamentales para la discusión acerca de si la tauromaquia como negocio económico pero basado en la tortura de un animal debe mantenerse o no en la Ciudad de México.
Esta no es una discusión nueva en nuestra capital pero hoy ha resultado más relevante gracias al valiente papel de un juez federal que rompiendo paradigmas ha concedido un amparo a una organización de la sociedad civil, que argumentó lo que los activistas llevan años diciendo, “La tauromaquía promueve la tortura y sólo provoca un ambiente hostil en todos aquellos que forman parte de este acto ruin”.
Es gracias a esta resolución, que las últimas semanas, nosotros en el Congreso de la CDMX hemos apurado el tema de la discusión, que si bien desde noviembre del año pasado pudo estar listo, varios integrantes de la Comisión de Bienestar Animal decidieron esperar y eso nos entrampo a todos en un bucle que al parecer aún no se puede destrabar.
Por otra parte, el tema no parece tener camino o futuro en el Congreso en este momento (cosa que espero no sea así) Hoy estamos firmes en que fue un Juez el que le dio futuro a una ciudad libre de violencia por lo menos en el tema de los toros. Pero lo que sí resulta inaudito es que sea la Jefa de Gobierno la que en este tema se meta a abogar por los taurinos.
Jamás imaginé que la mandataria de nuestro Ejecutivo pudiera intervenir para este tema, y menos para cudar los intereses de aquellos que piensan que lo millones de pesos que generan en este acto de maldad, son válidos o pueden y deben defenderse porque la vida del toro no importa o “porque para ello fue criado” cuando hay cientos de argumentos científicos y morales que refutan lo anterior.
Yo hoy le digo a la Dra Claudia, como ya lo hice en otros espacios y por otros medios, que debe leer la Constitución de la Ciudad de México, artículo 13 de una Ciudad Habitable, en el inciso B, punto 2 dice que “Las autoridades de la Ciudad garantizaran la protección, bienestar, así como el trato digno, respetuoso a los animales fomentarán una cultura de cuidado y tutela responsable” entre otras cosas.
Así es que el tema de la erradicación de la tauromaquia en la ciudad tiene por delante unas semanas bastantes complejas, donde espero sea la dignidad y la vida de los animales lo que ponderen aquellos que toman las decisiones.
Y no la presión que por años han ejercido los taurinos para continuar con un negocio que sólo les es lucrativo a ellos y a nadie más, esto a costa de la tortura de una animal, que siente, sufre y merece ser tratado con dignidad, cosa que no ocurre en el ruedo de los toreros.