Hace cuatro años, la transexualidad era considerada una enfermedad mental, lo que daba pretexto a tratamientos invasivos y atentatorios a los derechos humanos, en busca de una supuesta cura, como las terapias de conversión.
En 2018, la Organización Mundial de la Salud retiró de ese catálogo la “incongruencia de género”. Sin embargo, aún falta mucho por recorrer, pues las personas trans —dentro de la población LGBT+— están dentro de las que padecen más discriminación, violencia y estigmatización.
La Encuesta de Cultura Cívica 2020 del INEGI, revela que el 72 por ciento considera a la orientación sexual como causa de discriminación, y entre la población LGBT+, el 75 por ciento de los hombres trans y el 74 por ciento de las mujeres trans se han sentido discriminados, el mayor porcentaje en la comunidad.
Entre las situaciones de exclusión o los derechos comúnmente negados están las miradas incómodas, comentarios ofensivos, limitantes en las oportunidades de empleo, en la renta de vivienda, el ingreso a algún negocio o hasta para entrar a un baño.
Dos datos que ejemplifican: 36 por ciento no alquilaría una habitación a una persona trans — Encuesta Nacional sobre Discriminación— y el trabajo sexual es la principal fuente de ingresos para más del 40 por ciento de las mujeres trans —Instituto Nacional de Salud Pública—.
Desde las instituciones y la ciudadanía hay avances, reconocimiento a una realidad que debe ser transformada. Esta semana, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación confirmó que el diputado del PAN, Gabriel Quadri, cometió violencia de género contra la diputada trans de Morena, Sandra Luévano, y deberá permanecer en el Registro Nacional de Personas Sancionadas en Materia de Violencia Política de Género.
Terminar con la violencia, discriminación y fobias es central. La marcha de este sábado, con motivo del Día Internacional del Orgullo Gay, que históricamente inició como una manifestación de protesta, deberá ser —como lo definió la Jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum— “una fiesta y reivindicación de las libertades”.
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Todas, todos y todes podemos contribuir al cambio, apoyarles y reportar cualquier forma de estigmatización, discriminación o violencia. En el Consejo Ciudadano tenemos a su disposición, 24/7, gratis, confidencial y para todo el país, la Línea y Chat Nacional Diversidad Segura, 800 000 5428.
En el sitio web se puede consultar el TRANSViolentómetro, una herramienta que ayuda a reconocer 24 grados de violencia, que comienzan con negarles la identidad, evidenciada en frases como “tú no eres mujer” o “tú no eres hombre”, burlas transfóbicas, rechazo familiar, exclusión hasta el transfeminicidio.
El conocimiento y la apertura nos permitirán ampliar las posibilidades de la inclusión y fortalecer las libertades ciudadanas.