La rabia es una enfermedad zoonótica; es decir, que se transmite a las personas a partir del contacto directo, en general a causa de mordeduras, con la saliva infectada de perros y gatos o mamíferos silvestres como los murciélagos. De hecho, son estos últimos los que suelen infectar a los animales de compañía.
La rabia está presente en todos los continentes y afecta a más de 150 países, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Es responsable de unas 60 mil muertes humanas al año y en la gran mayoría de esos casos, el perro es la fuente de infección.
Según la Alianza Global para el Control de la Rabia (GARC), el costo que genera esta enfermedad es de 8 mil 600 millones de dólares al año. Aunque la mayoría de los fallecimientos se dan principalmente en Asia y África, lo cierto es que también sucede en Latinoamérica.
En México, según la Asociación Mexicana de Médicos Veterinarios Especialistas en Pequeñas Especies (AMMVEPE), se estima que hay alrededor de 28 millones de mascotas en el país. De este universo, más de 23 millones son perros y gatos, de los cuales el 30% son de hogar y el restante 70% está en situación de calle.
En este contexto, por más de 15 años el país no registra casos de rabia humana transmitida por perro, y durante 2020 sólo se identificó uno de rabia canina asociada al virus silvestre, según la Secretaría de Salud del Gobierno de México.
A pesar de que México es un caso ejemplar en materia de prevención, ya que en 2019 se convirtió en el primer país del mundo en recibir la validación de la OMS por haber eliminado la enfermedad como problema de salud pública, lo cierto es que no hay que relajar las medidas preventivas.
¿Por qué? Porque la rabia es una enfermedad zoonótica endémica. Esto implica que el virus sigue presente en animales y dentro del medio ambiente y, en consecuencia, es fundamental mantener el control de la transmisión de la rabia.
PUBLICIDAD
La única forma de evitar el contagio de los animales de compañía, y en consecuencia de las personas, es con la vacunación de canes y felinos. El 99% de los casos detectados en humanos son el resultado de la exposición a un perro contagiado.
La rabia se caracteriza por ser una de las pocas enfermedades infecciosas letales. Quienes la padecen tienen un alto sufrimiento ya que les afecta el sistema nervioso central y genera síntomas como dolor de cabeza, debilidad, fiebre, confusión, delirios, alucinaciones y encefalitis. Si no se detecta y atiende a tiempo, no hay posibilidad de tratamiento y la muerte se vuelve inevitable.
Medidas de prevención de la rabia
Es clave la inversión constante en investigación y desarrollo (I+D) y así producir vacunas de alta calidad, seguridad y eficacia como las de Biogénesis Bagó. También promover la educación de la población para que sepa identificar las características de un animal sospechoso de rabia (salivación excesiva, convulsiones, dificultad para respirar, irritabilidad, foto e hidrofobia), incentivar la adopción y tenencia responsable y, así, promover el cumplimiento de la vacunación antirrábica obligatoria para perros y gatos. El esquema consiste en vacunarlos a los tres meses de vida y luego una vez al año.
Corresponde al tutor del animal respetar esta exigencia legal que mantendrá no sólo protegida a su mascota y al resto de la familia, sino también a toda la sociedad. El certificado de vacunación antirrábica extendido y firmado por un médico veterinario privado o perteneciente a centros de vacunación públicos oficiales constituye el comprobante del cumplimiento de esta obligación.
Biogénesis Bagó tiene un compromiso con la salud animal a partir de la elaboración de soluciones biotecnológicas innovadoras y, también, a través de la difusión de información relevante mediante campañas de concientización. Trabajamos para prevenir estas zoonosis y cuidar la salud pública a través del cuidado y protección de los animales. Por ello, es esencial enfocarse en el trabajo público-privado para que la rabia no vuelva a ser un problema de salud pública.
* Country Manager Biogénesis Bagó México