Desde hace algunas semanas se han llevado a cabo foros para conocer las distintas posturas sobre una posible reforma electoral, estos foros se han llevado a cabo en el recinto legislativo de San Lázaro.
Sin embargo, han generado mucha incertidumbre por las fallas en organización y por las posturas presentadas por personalidades en particular, un mal comienzo para un asunto que no contará con un apoyo general.
A petición del presidente de la república, se ha traído a la mesa la posible reforma electoral para ser discutida en el legislativo.
Conforme a los tiempos políticos, se presume que el partido en el poder pretende cocinar lo que sería la sucesión rumbo al 2024, en desajuste a los tiempos para el desarrollo de las reformas y cayendo en el alto riesgo de que a estas alturas una reforma de esta envergadura sea sustituida tempranamente durante el próximo sexenio.
Para socializar el tema y escuchar a actores relevantes en la materia, se han propuesto distintos foros en donde se expongan los porqués de llevar a cabo o no una reforma electoral.
Sin embargo, han iniciado en paralelo las mesas de trabajo organizadas por el partido de la mayoría y las de la oposición, aunado a una baja convocatoria, problemas de logística e incluso de ha acusado de tener invitados a modo que poco cuestionan la iniciativa enviada por el ejecutivo.
Si bien existen propuestas interesantes que se han planteado como lo son el voto electrónico o la segunda vuelta presidencial, existen muchas otras que notablemente buscan lastimar al Instituto Nacional Electoral.
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Esto ha demostrado que puede actuar a la altura de las circunstancias cuando así se le ha requerido en las últimas elecciones federales que definitivamente no han resultado sencillas en su organización y desarrollo.
Los foros del Parlamento Abierto de la reforma electoral han demostrado que esta reforma nació muerta. Nos encontramos en una etapa previa al proceso legislativo y han salido a relucir más diferencias que coincidencias.
Es cierto que toda ley es perfectible, pero para llegar a los mejores términos, siempre es necesario construir acuerdos y legislar a la luz de la prudencia y por el bien de las mexicanas y los mexicanos.