De los temas que más se ha opinado desde el anuncio del presidente de la república Andrés Manuel López Obrador, de la presentación de una iniciativa de reforma constitucional, es el de la reforma político electoral, dado que plantea temas de interés como el financiamiento vigente, autoridades electorales tanto administrativas como jurisdiccionales a nivel nacional.
Modifica las reglas vigentes en materia de propaganda electoral, cambia el mecanismo de elección de representantes populares en el Congreso de la Unión, los congresos locales, así como reducir el porcentaje de votación necesaria para la validez de la revocación de mandato, voto electrónico, bajo los ejes: austeridad republicana y mayor participación popular.
En mi consideración, las realidades de un país como el nuestro, son cambiantes con el transcurso del tiempo y, es imprescindible, que las políticas públicas y las leyes se adecuen a los nuevos momentos que vivimos las y los mexicanos, por ello, en principio, es muy importante analizar el sistema electoral y revisar su funcionamiento en nuestro país.
Cuáles han sido sus resultados en la ciudadanía desde el punto de vista presupuestal, de división de poderes y de los órganos autónomos que participan, así como demás involucrados en el tema, ampliación de derechos de la sociedad y la eficiencia de los procesos y procedimientos en la materia.
Es muy importante que se lleve a cabo el Parlamento Abierto (foros y mesas de diálogo) de la Reforma Electoral, como una manera de democracia directa, que involucre y escuche a la totalidad y pluralidad de grupos y opiniones de expertos e interesados en la materia, con la finalidad de construir un texto normativo de primera en esta materia.
Pues cada reforma, adición, modificación y/o creación de ordenamientos legales, debe garantizar beneficios sociales y mejoramiento en las vidas de las y los mexicanos.