Opinión

El poder de la lectura

El poder de la lectura
FOTO: DANIEL AUGUSTO /CUARTOSCURO.COM (Daniel Augusto/Daniel Augusto)

Los beneficios de la lectura específicamente por placer, están bien documentados por las disciplinas cuyos objetos de estudio son la habilidad de lectura, la literatura, y el maravilloso mundo de la escritura y los libros.

La lectura como hábito -y no sólo para informarse momentáneamente de alguna noticia, o la lectura fragmentada de pedazos de información sin secuencia, o bien, las lecturas obligatorias para pasar alguna materia, o hacer algún proyecto laboral- mejora la función cerebral, las habilidades sociales, está asociada a un mucho mejor logro educativo y rendimiento profesional, calma la ansiedad y promueve la atención sostenida.

Los autores Clark y Rumbold, definen muy adecuadamente a la lectura por placer como “aquella que hacemos con nuestro libre albedrío anticipando la satisfacción que uno obtendrá del acto de leer… Por lo general, involucra materiales que reflejan nuestra propia elección, en un momento y lugar que nos conviene”.

Tal cual, leer por elección, es un ejercicio que expande nuestras capacidades intelectuales, ¡desde el mismo acto de tener la conciencia de que estamos eligiendo saber!

Además de esto, existen muchísimos beneficios secundarios de este estupendo hábito, como: desarrollar la capacidad imaginativa, ejercitar la toma de decisiones con respecto a una temática, definir gustos, preferencias, vocaciones, mejorar la ortografía, y hacerse de muchísima riqueza de vocabulario, detener el tiempo mental para parar la prisa interior y contrarrestar el déficit de atención, tan común en nuestros días.

Los libros ilustrados, por ejemplo, entrelazan de una manera casi perfecta, la capacidad lectora y la recepción de estímulos visuales, generando un impulso directo en una región específica del lóbulo frontal, desde donde se toman las decisiones más ecuánimes y mejor fundamentadas.

La diversidad de temas y visiones provistas en la literatura universal, regional y local, permite a las personas viajar en el tiempo y el espacio por medio de los textos, conocer otras civilizaciones, culturas, costumbres, formas de vida, regiones del planeta, países, y no se diga sus historias y orígenes. Principalmente por esto último, se ha usado decir que “esta es una persona leída o estudiada”, y que la lectura sirve para volverse culto o culta.

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La lectura por placer, por lo tanto, es el instrumento de formación cultural por excelencia, ya que dota a las personas de riqueza de contexto historiográfico, social, biográfico, geográfico, temporal, con el sencillo pero poderoso acto de tener un libro en las manos y abrir sus páginas para comenzar la aventura detrás de leer.

Hay personas que viajan sin conocer y regresan sin saber, sin embargo, el poder de la lectura nos permite anticipar el viaje y explorar, sin movernos un milímetro físicamente de donde estamos. Definitivamente, la lectura y sus efectos, se notan, tanto si se poseen como si no se tienen.

Hacerse de este hábito, es tan bueno y redituable, como hacer ejercicio, o comer saludablemente. Pruébelo y compruébelo por usted mismo, y, le aseguro que, una vez que se apropie de unas cuantas buenas lecturas, jamás volverá a ser la misma persona, para mucho mejor.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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