Opinión

Gobernar para todos

Decía Paul Auster, el famoso escritor norteamericano nombrado Caballero de la Orden de las Artes y las Letras en Francia en 1992, que si la justicia existe tiene que ser para todos y nadie puede quedar excluido, pues de lo contrario ya no sería justicia. La frase me parece atinada para describir el nuevo estilo de gobierno en la capital del país, un gobierno que hoy atiende de manera justa las desigualdades históricas.

Para la OXFAM, la desigualdad representa la principal amenaza del progreso y el desarrollo de las sociedades modernas. Dicha organización incluso considera que para el ejercicio de una democracia real, donde prevalezca el interés de las mayorías, los gobiernos deben concentrar sus esfuerzos en reducir sustancialmente las brechas de desigualdad, en aras de construir sociedades equitativas y en donde se respeten plenamente los derechos básicos de las personas.

En México y particularmente en la Ciudad de México, las desigualdades sociales y económicas han estado presentes desde hace mucho. Incluso han influido en el buen funcionamiento de las instituciones. Ahí están como ejemplo las élites (y empresas) que por años evadieron el pago de impuestos, valiéndose de privilegios concedidos desde las más altas esferas del gobierno (afectando con ello la capacidad de recaudación) o aquellos quienes pudieron evadir una sentencia debido precisamente a su condición económica.

Pero hoy las cosas han comenzado a cambiar. Una nueva forma de gobernar, que parte de la visión y el compromiso por atender como prioridad a las personas con menos oportunidades y recursos, ha transformado la realidad de miles de habitantes de la capital del país.

Para tener claro este cambio, cito lo siguiente. La Ciudad de México es la entidad que más recursos aporta a la economía nacional (algo así como 2.8 billones de pesos, lo que representa el 17.51% del PIB nacional), pero también ha sido por muchos años una de las urbes con las mayores asimetrías en términos de calidad de vida y distribución de la riqueza.

Su ritmo de crecimiento (superior al promedio nacional) y la falta de políticas públicas inclusivas, han sido dos de los detonantes de esta problemática.

Y es que de acuerdo con el Índice de Desarrollo Humano (IDH) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que mide aspectos relacionados con la calidad de vida y las oportunidades de desarrollo, la Ciudad de México concentra 6 de las 10 zonas con el IDH más elevado de todo el país. Sin embargo y al mismo tiempo, según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), hoy 3 de cada 10 capitalinos viven en situación de pobreza (esto es alrededor de 3 millones de personas).

El mismo CONEVAL señala que de acuerdo con un informe del 2021, Milpa Alta es la alcaldía con los niveles más altos de pobreza (54.7%), seguido de Xochimilco (48.2%) e Iztapalapa (43.9%). En contraste, las alcaldías con menor índice de pobreza son Benito Juárez (79.9%), Miguel Hidalgo (13.5%) y Cuauhtémoc (20.9%). Si se ve en un mapa, prácticamente se trata de una división entre la zona entre la zona poniente y la zona oriente de la ciudad.

Entonces, ¿qué ha cambiado en los últimos años en la forma de gobernar en la capital?, pues precisamente que hoy se gobierna para todos y no para unos cuantos.

La actual administración ha hecho inversiones históricas en movilidad, vivienda, servicios públicos, desarrollo social, educación y salud; beneficiando a todas las Alcaldías de la capital, pero particularmente en aquellas que venían siendo excluidas históricamente de los planes de desarrollo de gobierno. Iztapalapa, Gustavo A. Madero, Milpa Alta, Iztacalco, Xochimilco y Tláhuac han venido experimentando cambios inimaginables en todos los sentidos con la implementación de programas ejemplares y con decisiones firmes encaminadas a elevar la calidad de vida de los habitantes de estas demarcaciones.

El Sistema de Transporte Público Cablebús, la ampliación de las rutas de Metrobús y el mantenimiento de los sistemas tradicionales de transporte público. La conservación de áreas naturales y rehabilitación de espacios públicos. La aplicación de Programas como “Rescate Innovador y Participativo en Unidades Habitacionales”, los Comedores para el Bienestar y las “Colonias de Atención Prioritaria”. La creación del Instituto de Estudios Superiores de la Ciudad de México “Rosario Castellanos”, el equipamiento de los Puntos de Innovación, Libertad, Arte, Educación y Saberes (Pilares) y ampliación del programa “Mi Beca para Empezar”.

Todas estas, entre muchas otras acciones, han permitido avanzar sustancialmente en la reducción de las desigualdades en la capital y en la construcción de una urbe más equitativa. Hoy se gobierna para todos, principalmente para los menos favorecidos, para quienes fueron excluidos por décadas. Y eso, eso sí es justicia.

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