Los seres humanos estamos hechos de sueños porque esos sueños son los que constituyen nuestros destinos y nos hacen seguir hacia adelante. Son estos mismos los que permiten que un artista conecte con su público y le lleve alegría a las almas de todos los que recibimos esas obras.
Es por ello, que la música se ha convertido en una de las máximas conexiones entre el alma, el corazón y las emociones del creador y del público, logrando adhesiones sociales que ningún otro arte en el mundo consigue.
De esta forma es como surgen nuevos espacios para aquellos artistas emergentes que crecen y avanzan con el sueño de esparcir un mensaje a través de la música y todo lo que implica, tal como lo ha logrado “La Academia” en todos estos años. Sin embargo, luego de tantas emisiones y egresados, llegó para México la edición 2022 en donde se rompió de lleno con la crisis social que aquejaba al mundo para darle pasos a fines de semana de alegría para los mexicanos y un nuevo anhelo que perseguir para los aspirantes.
Fue así como después de varias semanas y trabajo arduo que Cesia, Andrés y Mar se coronaron como los ganadores absolutos de esta generación, dándole paso a la aceptación de nuevos y versátiles talentos que ya ocupan un lugar en los corazones de la gente de México y América Latina.
Sin embargo, detrás de cada caso de éxito, hay una historia que pone en contexto la pasión con la que un artista se entrega a su arte y a su gente, y para estos tres soñadores no ha sido la excepción. Y es que se remontan a su infancia, cuando la cosquilla por crear estaba latente en sus vidas y cuando descubrieron que era ello a lo que querían dedicarse el resto de sus vidas.
Desde pequeña me he dedicado al arte, desde dibujo, escultura, baile, música y me llevaban a cantar a concursos y la primera canción que canté en público fue “La de la mochila azul” de Pedrito Fernández y crecí con la música y a pesar de que por un rato tuve que dejar la música, siempre fue mi destino y sigo aprendiendo y creciendo en mis talentos.
La historia de Cesia ha hecho eco en todos los hogares donde fue vista y donde con su voz y esa esencia tan particular, logró conectar con millones de personas. Mas, Andrés vivió la música desde una perspectiva diferente en donde su vida tomó un rumbo distinto al imaginado y decidió tomar al toro por los cuernos y perseguir sus sueños sin que nada se interpusiera en su camino.
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A los once años empecé a interesarme en la música, y formé una banda con mis primos que se llamaba “Postal”, tocábamos horrible pero obvio en las fiestas familiares éramos la sensación. Luego mientras estudiaba mi carrera me detectaron diabetes tipo 1 y fue cuando me impulsé para hacer lo que nunca me había atrevido y empecé a cantar y a hacer teatro musical y estoy contento con todas las puertas que se me abrieron con La Academia.
Por otro lado, Mar creció rodeada de música y fuertemente influenciada por el rock que su padre siempre adoptó como estilo de vida y fue la vida misma la que le permitió grabar un par de canciones como artista independiente en su natal Ecuador para posteriormente emprender el mismo sueño en México.
He estado tratando de cumplir este sueño desde que tengo once años y formé una banda de rock porque tenía las influencias de mi papá. Siempre me ha gustado contar historias a través de la música y siento que aproveché al máximo la oportunidad de La Academia.
Y así, es como La Academia 2022 se resume en la historia de tres soñadores que dejaron el alma y el corazón en ese famoso escenario y que demostraron en cada lección que la pasión es lo único que necesitas para comerte el mundo y para transmitir historias, emociones, lágrimas y mucha alegría a través de la música.