Hoy, las cifras revelan que la estrategia de seguridad de la 4T no está funcionando. Hay más de 127 mil personas asesinadas, más de 36 mil personas desaparecidas, más de 100 defensores de derechos humanos y más de 60 periodistas asesinados durante esta administración. Y lo más desafortunado, la mayoría de los elementos de la Guardia Nacional no cuentan con los certificados únicos policiales, ni capacitación suficiente.
Es claro que Morena miente. Dijeron que no militarizarían al país y hoy lo están haciendo. El presidente López Obrador ha orillado a los integrantes de las fuerzas armadas a temas que no le son afines a su naturaleza, destruyendo su esencia.
Este gobierno abandonó a las policías municipales y estatales. El recurso federal que se asignaba a las fuerzas locales de seguridad en materia de equipamiento, salarios y capacitación, ha disminuido de manera alarmante.
En 2018, año en que entró Morena al gobierno, se habían asignado 14 mil millones de pesos para el fortalecimiento técnico y operativo de las corporaciones de seguridad en los estados, pero para el 2022, sólo son 8 mil millones, un 42 por ciento menos. Es necesario que regrese el programa de fortalecimiento para la seguridad (FORTASEG) y se especialice a las policías civiles.
La modificación que pretenden aprobar esta semana en el Senado mexicano, transgrede el artículo 129 toda vez que en tiempos de paz, las autoridades militares no pueden ejercer función alguna. También es inconvencional, ya que va contra la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y en específico, de la sentencia en el caso Alvarado Espinoza contra México.
La fuerza armada permanente en tareas de seguridad pública sólo podrá ser de manera extraordinaria, regulada, fiscalizada por autoridades civiles, subordinada a un mando civil y complementaria a las instituciones de seguridad civiles.
Acción Nacional lo ha dicho claro y fuerte: no vamos a apoyar ninguna reforma constitucional para militarizar al país. Nosotros reconocemos la exigencia de organismos nacionales e internacionales para que las fuerzas de seguridad sean civiles. Sabemos que las fuerzas armadas no están hechas para atender esas actividades y que esta iniciativa no es la solución.