La semana pasada a través de diferentes medios de comunicación, nos enteramos de la filtración masiva de información directamente relacionada con la Secretaría de la Defensa Nacional, poniendo así, al descubierto, un sinfín de documentos y comunicaciones privadas entre esta secretaría y muchas otras entidades relevantes para la vida pública de México. Pero, más allá de la información publicada, ¿Qué tan grave es la vulneración de la ciberseguridad del Estado?
La actual administración arrancó sus actividades con un discurso sostenido en la austeridad y en el recorte de gastos innecesarios para aplicarlos eficientemente en los rubros más necesitados, como lo son la educación, seguridad o programas sociales destinados a la población vulnerable de nuestro país.
Sin embargo, hemos caído en una austeridad tóxica que ha dejado en desprotección a muchas áreas de nuestra administración, desde el medio ambiente hasta la ciberseguridad de la información sensible de nuestro gobierno.
Al momento se ha revelado información sensible de la salud del presidente de la que no se tenía conocimiento y detalles sobre la operación fallida en el llamado “Culiacanazo”, lo que ha abierto el debate sobre cuál es la información a la que deberíamos tener los ciudadanos respecto al cargo del titular del ejecutivo federal. Pero ¿Qué otra información se pudo haber filtrado que pueda tener consecuencias en la vida pública de nuestro país?
Además, se ha revelado la deficiencia de seguridad que hay en algunos puertos de entrada y salida en nuestro país, es el caso del aeropuerto de Cancún en donde la Secretaría de la Defensa Nacional expone la falta de presencia de elementos para controlar el tránsito de pasajeros en estas terminales, información que podría ser mal utilizada por grupos criminales para cometer múltiples delitos, junto con mucha tanta información de la que aún no somos partícipes.
La filtración de este tipo de información puede tener implicaciones catastróficas para nuestro país y, por lo tanto, para nuestros ciudadanos. Es muy importante que nuestro país se ponga a la altura de la importancia de sus asuntos y refuerce la ciberseguridad de las dependencias más sensibles de la administración.
Esperemos que esta gravísima filtración de información sensible sea un llamado de atención para replantear la austeridad y que se reasignen recursos a rubros de vital importancia para nuestro territorio.