Consolidar la confianza

Consolidar la confianza
FOTO: ANDREA MURCIA /CUARTOSCURO.COM

Ciertas noticias tendrán una relevancia mayor que otras, es una naturaleza de la información que se produce todos los días que, pienso, los lectores entendemos porque se trata de captar nuestra atención con asuntos noticiosos de “impacto”.

Por eso es importante aprovechar para darle notoriedad a lo que difundió esta semana el INEGI sobre la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del tercer trimestre de este año y que registra una baja en la percepción de inseguridad en el país del 67 al 64 por ciento.

Si bien más de la mitad de la población todavía no tiene una sensación de seguridad en sus localidades, esta medición estuvo cerca del 80 por ciento durante los años previos a que iniciara la estrategia actual de construcción de la paz.

Somos una sociedad que necesita encontrar el balance entre la emoción (lo que nos gustaría) y la razón (lo que es posible), como le ocurre a cualquier otra en el mundo, para que nuestras expectativas sean acordes a nuestras posibilidades.

Aspirar a una mejor situación siempre debe ser el ideal, pero hacerlo sin una estrategia, constancia o resultados, provoca que se pierda la confianza y esa es una enfermedad social que llevaba mucho tiempo afectándonos.

Guiarnos por este instrumento que elabora periódicamente una institución creíble, a la que reconocemos precisamente por confiable, da luz sobre un periodo muy difícil en el que la violencia parecía irremediable.

Todavía falta tiempo para cantar victoria, sin embargo, es un avance que debemos aprovechar en varios sentidos: primero, reconocer que la búsqueda de la paz comienza con atacar las causas que originan los delitos; abandonar a las y los jóvenes durante años solo le dio oportunidad al crimen de reclutarlos para luego sacrificarlos en sus luchas por territorios.

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Segundo, la mayoría de los entrevistados a nivel nacional sí perciben un cambio en la actuación de las fuerzas del orden, particularmente de nuestra Guardia Nacional, que es de reciente creación y eso solo se gana con un desempeño notable y cercano a la gente a la que le brindas seguridad.

En tercer lugar, está la generación de la confianza suficiente para que la presencia de los cuerpos de seguridad del Estado se acepte como una medida que combate con eficacia la violencia. Eso no es menor, como todos sabemos, la confianza tarda mucho en establecerse y se pierde en un instante.

Si ésta ha prevalecido en el ánimo de los encuestados, tal vez es porque son testigos inmediatos de lo que sucede en sus lugares de residencia, porque las críticas, la desinformación o la exageración de eventos en diferentes canales de comunicación, no han cesado.

Consolidar la confianza debe ser el siguiente paso y en ellos tenemos una obligación civil y moral para que los resultados en seguridad continúen. Dejo claro que la violencia sigue focalizada en media centena de municipios y está relacionada con delitos graves que vinculan muchas veces a malas autoridades y grupos de intereses poderosos, pero en el resto del país la paz empieza a tomar forma.

Nuestro respaldo ciudadano a las Fuerzas Armadas, buenas corporaciones de seguridad estatal y a la Guardia Nacional es indispensable para que esta percepción que toma el INEGI periódicamente crezca con base en una realidad objetiva que es la disminución de la delincuencia.

¿Cómo podemos contribuir? Sencillo: denunciemos cualquier cosa que nos afecte, démosle seguimiento y presionemos a las autoridades, en los niveles que les corresponde, para que tenga solución.

Estemos o no de acuerdo en muchos temas, en éste estoy seguro que tenemos consenso de que la paz y la tranquilidad son dos de los principales objetivos que tenemos, no de ahora, sino desde hace décadas.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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