La destrucción de las instituciones

Programas sociales: 60% no tienen recursos para cumplir objetivos
Programas sociales: 60% no tienen recursos para cumplir objetivos Programas sociales: 60% no tienen recursos para cumplir objetivos (Cuartoscuro)

Tal parece que en estos tiempos destruir nuestras instituciones se ha convertido en un deporte, en un capricho ensimismado que satisface a un solo hombre, pero que daña a miles de ciudadanos y ciudadanas.

No es necesario que por un decreto presidencial las instituciones sean destruidas, basta con ir recortándoles recursos presupuestales o eliminando programas que van mermando su labor y funcionamiento, ahí está la Secretaría de Desarrollo Social, ahora Bienestar, que con la desaparición del programa estancias infantiles deja de lado su respaldo a la madres trabajadoras; lo mismo que la Secretaría de Educación al iliminar el programa escuelas de tiempo completo.

Igual que la Secretaría de Salud, que al desaparecer el seguro popular, no ha podido atender las necesidades médicas de toda la población, muchos menos, las enfermedades que requieren de tratamientos especiales y focalizados.

Otro ejemplo es el Fonden, que dependía de la Secretaría de Gobernación, su extinción tiene en vilo a las comunidades que sufren estragos a causa de la naturaleza.

También está la desaparición del Instituto Nacional de Desarrollo Social (Indesol), el cual atendía programas, proyectos y financiamiento para las organizaciones de la sociedad civil, así como en su evaluación cualitativa y cuantitativa, dándole con ello la espalda a la sociedad civil organizada.

También está la extinción del Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem), con lo que cerró las puertas a las y los emprendedores y a las micros, pequeñas y medianas empresas, con lo cual se contribuía al desarrollo económico y social del país.

La razón para desaparecer tantos programas e instituciones es una sola en todos los casos, la centralización del poder y del presupuesto.

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Ahora por medio de una reforma electoral, buscan “transformar” al Instituto Nacional Electoral (INE), y al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), para que sean menos “costosos”.

La destrucción de cada programa o instituto nos ha llevado a dar pasos atrás, a una regresión, a la pérdida de derechos y de oportunidades, hoy la reforma electoral pone en riesgo la libertad de elegir a nuestros gobernantes y de que las elecciones sean transparentes y democráticas.

Todas las instituciones, organismos o programas son perfectibles, es decir, pueden mejorarse, más no así, desaparecerlos, basta con sentarse a buscar los consensos y acuerdos para hacer de éstos algo más sustantivo para beneficio de la sociedad.

Hoy como nunca rechacemos que nuestras instituciones queden al servicio del régimen y defendamos nuestros derechos y libertades, esos que cada día se van mermando con la desaparición de programas o instituciones. Hoy yo defiendo al INE.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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