Dentro de este gran tema de la contaminación ambiental que estamos abordando desde diferentes aristas, y que espero les esté gustando, amables lectores, en esta entrega hablaremos de la movilidad obstaculizada, como uno de los factores, que, por un lado, colapsa a las grandes ciudades mexicanas por la gran cantidad de tráfico vehicular que queda varado en avenidas primarias y secundarias, y, por el otro, los efectos devastadores provocados por la emisión gigantesca a la atmósfera de Gases de Efecto Invernadero de los motores de esos miles de autos congestionados.
Analizaremos primero las estadísticas sobre movilidad de las capitales más afectadas por este fenómeno: Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey y Pachuca, esta última por formar parte de la Zona Metropolitana del Valle de México, región que por mucho supera los niveles de contaminación atmosférica en el país.
Según datos del Inegi, en estas ciudades en su conjunto se movilizaron en febrero pasado un total de 139.4 millones de personas. La Ciudad de México concentró el mayor número de pasajeros en transporte público, con un total de 111.1 millones de personas.
El principal medio de transporte en la capital del país es el Sistema de Transporte Colectivo Metro, que dio servicio a 72.1 millones de usuarios; le siguieron el Metrobús, con 24.7 millones; la Red de Transporte de Pasajeros (RTP), con 8.2 millones; el Trolebús, con 4.5 millones y el Tren Ligero, con 1.6 millones de pasajeros.
En el caso de Guadalajara, también en febrero pasado, fueron transportados 14.4 millones de habitantes. El principal medio de transporte en esa entidad es el Tren eléctrico, que movilizó a 10.7 millones de pasajeros; le siguieron el Metrobús servicio troncal, con 2.5 millones de usuarios; el Macrobús servicio alimentador, con 721 mil personas; el Sistema Integral del Tren Ligero, con 254.7 mil usuarios y, finalmente, el Trolebús, con 197.6 mil pasajeros.
En Monterrey fueron transportados 12.4 millones de personas en febrero de 2022. El principal medio de transporte público utilizado es el Sistema de Transporte Colectivo Monterrey, que atendió a 9.7 millones de usuarios; le siguieron el Transmetro, con 1.8 millones de personas movilizadas y el Metrobús, con 821.5 pasajeros.
Mientras que en Pachuca, capital del estado de Hidalgo, se registró una transportación de 1.5 millones de personas en el mismo mes analizado; su principal servicio de transportación público es el Tuzobús.
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Ahora bien, amables lectores, tal vez pareciera impresionante la cantidad de habitantes movilizados en transporte público en las capitales mencionadas, pero no es así. Especialistas internacionales consideran que en México nos encontramos muy por abajo (cercano al 50 por ciento) de las cantidades de usuarios que deben tener como opción principal para trasladarse este tipo de transporte.
Es decir que tenemos un grave déficit en este renglón. Las razones de ello ya las hemos mencionado en otras entregas: el público es un transporte inseguro, insuficiente, escaso y tardado para una población tan grande como el de las metrópolis analizadas.
Esto hace que los habitantes se trasladen en sus autos particulares, provocando en horas pico congestionamientos gigantescos y niveles de contaminación impresionantes, perjudiciales para la salud de las personas y el hábitat, así como retrasos en la llegada a trabajos y escuelas, ruido en escalas mayores a los decibeles permitidos, en fin una movilidad urbana caótica y sin solución inmediata.
Si consideramos que la población mexicana ha crecido, como se dio a conocer hace unas semanas, y que continuará concentrándose en capitales como las que analizamos, urge entonces buscar alternativas conjuntas que eficienten el transporte público y lo conviertan en la opción preferente de los habitantes para movilizarse y, en paralelo, reduzcan la emisión de gases perjudiciales a la atmósfera.
Si no atendemos este fenómeno, estaremos condenados al colapso ambiental sin precedentes. Hasta la próxima.