Cuidar nuestra salud mental es de las mejores lecciones que nos dejó el año que terminó y cuyo fortalecimiento podríamos incluir entre los propósitos para este 2023.
Un buen estado psicológico significa entender que, ocasionalmente, hay tristeza, angustia o enfado y que ante ello, es necesario contar con los recursos personales para procesar esas emociones y de ser necesario, existe la posibilidad de buscar ayuda y tener acceso a ella de forma gratuita, como un derecho y no un lujo.
La Organización Mundial de la Salud define un buen estado psicológico como una situación que permite hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar habilidades, aprender y trabajar para contribuir a la mejora de la comunidad.
En el Consejo Ciudadano de la Ciudad de México brindamos, en promedio, más de 3 mil 600 atenciones psicológicas, en un 72% para mujeres y en un 66% para personas menores de 30 años.
Las principales situaciones reportadas a la Línea de Seguridad o Chat de Confianza 55 5533 5533 —que brinda apoyo gratuito, 24/7 a todo el país— son problemas de pareja, violencia y conflictos familiares, ansiedad, depresión y duelo.
Familia, amistades o vecinos pueden ser redes de apoyo en momentos clave, como cuando un estado emocional displacentero se torna persistente, interfiere de forma significativa con las actividades cotidianas, altera los ritmos biológicos del sueño o el apetito, o llega a generar pensamientos suicidas.
Si fortalecer la salud mental está en tu lista de propósitos para el 2023, ten cuidado de no hacerlo de manera muy general, pues expresar objetivos de esa forma puede dificultar su cumplimiento.
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Algunas recomendaciones, que se pueden manifestar como intenciones de Año Nuevo y ayudarán a nuestras emociones, son practicar ejercicio, pues permite liberar estrés y generar endorfinas, sustancia que incrementa la sensación de bienestar.
También la higiene de sueño, realizar actividades que provoquen momentos agradables, como leer en un libro, cambiar de look, salir de viaje, cultivar relaciones de afecto con la familia, amistades u otras personas.
Evitar el tiempo excesivo en pantallas, no solo respecto del trabajo, sino en general, ayuda a fortalecer la interacción social.
Pero, sobre todo, no tener miedo a pedir ayuda. Acciones que podemos transformar en propósitos en beneficio de nuestras emociones.