El 2022 estaba por terminar cuando nos sorprendió con la noticia del fallecimiento de un ser humano extraordinario: Edson Arantes do Nascimento, el Rey Pelé. Su muerte dio la vuelta al mundo y en los espacios de noticias se hizo una recapitulación de sus mejores momentos como futbolista, su insuperable talento con el balón e historias y anécdotas en las que el Pelé demostraba que era el mejor dentro y fuera de la cancha.
Me tocó escuchar a varios futbolistas que relataban sus encuentros con el astro brasileño, cómo tenía siempre una palabra amable, buena actitud y una infinidad de veces escuché que se referían a él como una “leyenda”.
Eso me puso a reflexionar ¿Cómo se forma una leyenda? Pareciera que es difícil contestar esa pregunta, pero hay varias claves para responder. Me parece que debe ser una persona que propone, que trabaja duro, cuyo talento y constancia sea incuestionable. Una persona que destaque entre los demás.
También me queda claro que muchas veces las leyendas no saben que lo son, sino hasta que reciben el reconocimiento de los demás. Hay leyendas en todos los campos de la actividad humana: en la cocina, en la actuación, en el deporte, en la política. Son mujeres y hombres que llevan su trabajo a otro nivel.
Hace poco platicaba sobre este tema con Pancho Barraza, a propósito de la gira que está haciendo y que lo llevará a la Arena Ciudad de México. Una gira que lleva por nombre “Leyenda en vida”, título que me parece muy adecuado.
“Me parece que ser leyenda es un compromiso por hacer las cosas mejor”, me dijo. Pancho forma parte ya de la música popular y me contó que la manera de hacer una carrera como la suya se logra “trabajando, luchando por cada día ser mejor”. Un tipazo a quien aprecio enormemente.
La historia de Pancho Barraza es de esas que te mueven el alma: nacido en Sinaloa, estudió para músico y luego del Conservatorio dio clases en una secundaria, en una localidad muy cerca de Mazatlán, hasta que se animó a entrarle al negocio de la música como bajista de un grupo local.
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Su talento y su carisma lo llevó poco a poco a las listas de popularidad, aunque para él lo importante es el trabajo en conjunto: “el talento no sirve de nada si no tienes un apoyo que te ayude, que te represente. Necesitas quien guíe tu camino y acompañe tu talento con más talento”.
Una buena parte de llevar una carrera como la de él es disfrutar los triunfos y aceptar los fracasos. Aunque eso no parece representar un problema “porque a veces te caes y el rebote te lleva más arriba”, me dijo entre risas. Pancho asegura que se siente mejor que nunca, como si cada día comenzara su carrera, con la misma energía.
No tengo duda que se ha ganado el mote de “leyenda” de los escenarios y un ejemplo para todos los que lo hemos seguido desde que comenzó su carrera. Créanme que me encantaría conocer a algunos de sus viejos alumnos de secundaria, aquellos a los que les dio clase en Villa Unión: estoy seguro que estarían de acuerdo conmigo al saber que la persona que alguna vez les dio clase, su maestro que alguna vez estuvo al frente del salón, ahora llena cualquier escenario de nuestro país.
Y estoy seguro que para ellos, como para todos nosotros, Pancho Barraza es una leyenda. Porque de eso se trata, ¿no lo creen? Tenemos que buscar siempre cómo impactar positivamente la vida de otros y que te recuerden, por lo grande que eres y hagas lo que hagas.