Opinión

El sexenio más violento y la verdadera alianza

El sexenio más violento y la verdadera alianza
Luego de un enfrentamiento entre elementos del Ejército Mexicano y criminales armados. Fueron tres escenarios en donde quedaron calcinados cuatro vehículos, tres de ellos de carácter urbano y uno particular. FOTO: FERNANDO CARRANZA/CUARTOSCURO.COM

“La indiferencia del mexicano ante la muerte se nutre de su indiferencia ante la vida”: Octavio Paz

Muchas veces, las y los mexicanos hemos demostrado indiferencia ante muchas cosas, pero el colmo es ante la muerte. Sin embargo, no podemos permanecer inertes ante la grave situación que vive el país.

Según datos de la más reciente Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), dos de cada tres mexicanos perciben el lugar donde viven como “inseguro”.

¿Esta situación es realmente responsabilidad del gobierno en turno o es un efecto de una problemática arraigada, que con el paso de los años se ha convertido en una crisis? Yo creo que ambas.

Más que los esfuerzos y reiteradas menciones de la fallida estrategia de “abrazos y no balazos”, este gobierno federal ha echado leña el fuego al transgredir la pluralidad ideológica y el esfuerzo, de años, por la consolidación paulatina de instituciones autónomas y democráticas, como el INE, INAI, CONEVAL, CNDH, COFECE y la CRE, que desde 1990, en el inicio de la transición democrática, despuntó la creación del IFE y otras reformas.

Así como la posterior suscripción de grandes acuerdos, como el T-MEC (antes TLCAN) y después el Pacto por México en 2012. Atacar a las instituciones autónomas afecta la vida económica del país y, por ende, reacciona el crimen. Además, atenta contra la democracia y crea un clima de polarización.

Pero por tratarse de instituciones sociales y humanas imperfectas y corruptibles, la legitimidad de los otros partidos que han gobernado México se ha desgastado por el ejercicio del propio Gobierno y, por consiguiente, se ha lesionado a la sociedad. No se trata únicamente de un fracaso reciente.

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La mala estrategia contra la inseguridad, liderada en el sexenio 2006-2012, y la imperante corrupción del sexenio pasado, dejaron profundas cicatrices en la memoria ciudadana. Errores como estos son los que han opacado los buenos vestigios y cambios alcanzados para el perfeccionamiento de nuestro Sistema Jurídico.

Por culpa de algunos actores políticos, los partidos, como marcas, son los que salieron perdiendo y ninguno pudo consolidar el país que quisiéramos. Se causó tal desencanto que los electores tomaron una decisión visceral en 2018, desde luego, derivada del hartazgo, pero también con ausencia de sensatez.

Se dejaron seducir por Morena, una opción que se supo vender como algo distinto, pero que en el fondo reúne mucho de la clase política tradicional mexicana, es decir, más de los mismo, más del viejo régimen.

Además, no han diseñado ni implementado políticas públicas eficientes para erradicar la violencia y el cáncer de la corrupción. La percepción de corrupción también va en aumento, al grado de que el World Justice Projec 2022 nos colocó en el lugar 134, de 140 países, donde 1 es el menos corrupto y 140 el más corrupto. Estamos apenas por debajo de las dictaduras de Haití y Cambodia, por mencionar algunas.

El estado de emergencia es tan alarmante que por eso muchos consideran que una alianza electoral puede impedir que el gobierno estatista de Morena siga avanzando, pero ¿por eso está justificado que se haga una alianza pragmática en la búsqueda de poder sin mayor explicación a la ciudadanía?, ¿Acaso siendo incongruentes con nuestra historia y visión de país es que lograremos encausar el rumbo?

Muchos de los que conforman Morena sólo se han encargado de encapsular el mismo discurso polarizador, el de señalar a quienes no piensan como el presidente son los malos ¿vale la pena caer en su juego?

Para un servidor, la alianza no está bien explicada. No hay fundamento que permita explicar al a ciudadanía su razón de ser. La verdadera alianza debe estar con la ciudadanía, tal y como lo ha demostrado Movimiento Ciudadano al votar en contra de las reformas abusivas y retrógradas que impelen el crimen.

En esta crisis de inseguridad vale más apostar por la cultura de la legalidad, la identidad y la congruencia.

En el diagnóstico del problema muchos coincidimos: la irresponsabilidad e ineficiencia de Morena en el ejercicio de gobierno está dañando a México, pero no por ello replicaremos precisamente lo que ellos representan.

Abonar por un diálogo constructivo, en vez de una estrategia sin más fundamento que la premisa del poder por el poder. No vale la pena sacrificar la propia valía y congruencia de cada instituto político.

Creo en los contrapesos y gobiernos de coalición, pero la alianza opositora en varios estados de la República, donde se está valorando, no está ni siquiera bien explicada, ni mucho menos justificada, ante la ciudadanía.

No olvidemos que los partidos políticos son instituciones al servicio público. El explicar y argumentar sus decisiones con los ciudadanos es su principal razón de ser. SÍ a las alianzas congruentes, transparentes y constructivas con la ciudadanía y nada más.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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