Las presas en el Valle de México tienen un mal inicio de año, en cuanto a los niveles de agua que presentan y las condiciones de calidad del líquido. Esto no es buen augurio, estimados lectores, para lo que se perfila como un año que será de mayor sequía que el anterior. Las estimaciones del Organismo de Cuenca de Aguas del Valle de México de la Comisión Nacional del Agua indican que son bajos los niveles de las principales presas que corresponden al Sistema Cutzamala, en comparación con enero de 2022, pues durante el primer mes del año anterior almacenó hasta 63.3 por ciento y hasta el 9 de enero de este año, se encontraba en 57.4 por ciento, el sistema se encuentra en su peor nivel desde 1996, lo que representa 171.8 millones de metros cúbicos por debajo del nivel promedio.
Asimismo señaló el Organismo que la presa El Bosque tiene 69.1 por ciento de llenado, es decir una disminución de 12.8 por ciento; Villa Victoria, en 48.2 por ciento, o sea 1.4 por ciento menos y Valle de Bravo se mantiene con un almacenamiento de 55.7 por ciento desde el 12 de diciembre de 2022. Como se observa, amables lectores, en esta estadística muy detallada prácticamente el llenado de estas presas, que son básicas para el surtimiento del recurso en la Zona Metropolitana, se ubica en un promedio del 50 por ciento de su capacidad, situación que debe preocupar tanto a las autoridades como a la ciudadanía, en tanto no hay capacidad suficiente, con esos niveles, para asegurar el abasto en cantidad óptima a los casi 11 millones de habitantes de la región conurbada más poblada del país.
Ahora bien, por lo que respecta a la calidad del agua en las presas también es un punto que está en la mesa del debate y discusión de varios grupos ambientalistas del Estado de México y las autoridades responsables. Un ejemplo de esta situación es el caso de la Presa Madín, ubicada en los límites de Atizapán y Naucalpan. La Comisión para la Cooperación Ambiental que forma parte del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, analiza una denuncia presentada por los habitantes de esa zona por la omisión de autoridades mexicanas ante la contaminación que, según los pobladores, presenta la presa debido a las descargas ilegales de agua residual; esta denuncia está acompañada de estudios que realizaron especialistas en donde constataron la contaminación del lugar.
Es de señalarse, amables lectores, que los habitantes afectados se vieron en la necesidad de acudir a esa instancia internacional porque los juzgados federales rechazaron la demanda y las autoridades competentes, como Semarnat, Profepa y la Comisión Nacional del Agua no han hecho nada, “lo único que hacen es quitar el lirio, pero ese no es el remedio, el remedio es que se quiten las descargas”, argumentan los quejosos.
Ante el panorama descrito de bajos niveles en el almacenaje y la calidad del agua en las principales presas del Valle de México, se abre una brecha de incertidumbre en el abasto del recurso para esta próxima etapa de sequía. Ante el panorama que describo es importante colocar el énfasis en las Políticas Públicas que propongan quienes aspiran a gobernar al Estado de México pues del territorio mexiquense se abastece en gran medida al Valle de México, además de contar con una población de 17 millones de personas que reclaman su derecho humano de acceso al agua, estemos atentos amables lectores y aquí estaremos analizando dichas propuestas y colocándolas ante foco del rigor técnico.
Hasta la próxima.