Hoy se define uno de los juicios más importantes que han tenido lugar en los últimos tiempos en contra de un exfuncionario mexicano del primer nivel.
Durante el sexenio de 2006 a 2012 se desató una absurda guerra fratricida entre mexicanos a causa de una política de seguridad desacertada que supuestamente pretendía enfrentar a las instituciones del Estado con el crimen organizado.
Resulta que al más alto nivel de la administración pública se dieron inusitados e inaceptables casos de corrupción en los que se utilizaron a las dependencias federales responsables de la seguridad para combatir a unos y proteger a otros.
Según han manifestado algunos de los testigos que se han presentado en el juicio que se lleva a cabo en Nueva York el entonces titular de seguridad pública federal fue parte de un entramado que permitía la operación del narcotráfico y buscó implantar un sistema de connivencia entre organizaciones delictivas y un sector gubernamental.
Desde 2018,una de los principales compromisos políticos que se asumió para recuperar la paz y la concordia en la sociedad mexicana fue el combate decidido y permanente a la corrupción. De ahí que para el gobierno mexicano que encabeza el Presidente López Obrador sea fundamental darle seguimiento puntual al juicio que se realiza en los Estados Unidos.
La inseguridad y la violencia, pero también de manera muy destacada la corrupción han sido temas del mayor interés social. Al mismo tiempo que se han puesto al descubierto actos indebidos cometidos por el exfuncionario, en México hay evidencias claras de un inusitado, enorme e inexplicable enriquecimiento del exfuncionario.
Por eso, es muy importante para nuestro gobierno poner especial atención a lo que está sucediendo en el juicio en el país vecino.
La corrupción y la violencia que datan de aquella época exigen que haya transparencia absoluta, no solo para entender lo que sucedió sino para poder ir más a fondo en nuestro compromiso para abatir las desviaciones de los funcionarios y avanzar en la recuperación de la paz que todos anhelamos y merecemos.