Si bien es fundamental que las autoridades funcionen plenamente, el hecho de que haya un retraso en el nombramiento de los Comisionados no debiera ser una causa fundamental para que no se atienda la transparencia en los términos que marca la ley.
Ya que buena parte del trabajo operativo recae en el personal del Instituto, el cual ha demostrado su capacidad para atender todas y cada una de las peticiones ciudadanas.
Por otro lado, es importante que todas las autoridades que actúan de forma colegiada tengan la plantilla completa porque es precisamente de esa completitud de donde proviene el debate, la presentación de argumentos y la seguridad de que la transparencia opera de forma natural y en todos sus alcances.
Es importante que en el Congreso de la Unión superemos cualquier postura política para dar entrada a los mejores perfiles en la materia; personas alejadas de los partidos y cercanas a la academia y sociedad civil, son las que necesitamos para garantizar la autonomía del Instituto y la profesionalización en el trabajo diario.
Implica necesariamente el engranaje de un buen gobierno que haga no sólo lo que se pide en función de sus atribuciones específicas, sino que rindan cuentas oportunas no sólo en cuanto a transparencia se refiere, sino, además, considerando la rendición de cuentas que tanta falta nos hace.
Estamos confiados en que el procedimiento para la designación se destrabará en términos de lo que marca la ley; procedimiento que, además, debe ser público abierto, bajo el escrutinio de toda la ciudadanía para que puedan opinar, integrarse, elegir los mejores perfiles y tener la tranquilidad que no habrá filias o fobias en el desarrollo de su importante papel.