Hoy la defensa de los derechos y de las libertades de las mujeres es de todas, porque solo juntas podremos seguir construyendo un México en donde sea posible vivir sin miedo y amenazas cotidianas.
Es tiempo de enseñar a nuestras niñas y adolescentes a construir felicidad, y ello solo será posible reconociéndolas como sujetos de derechos. El derecho a una vida sin violencia, el derecho a la salud, al juego, a una educación de calidad.
Enseñarles a amarse a sí mismas es indispensable y urgente.
Las voces y los sueños de niñas y adolescentes no puede seguir en la indiferencia, y peor aún, enfrentando cada día el asesinato de 10 mujeres por el solo hecho de ser mujeres.
Hoy no solo viven el acoso en las calles, avenidas, en el trasporte público, y en esos infiernos que deberían ser hogares, sino también, se han sumado las redes sociales que destruyen sus vidas en el ciberacoso.
Una mujer fuerte y capaz de construir felicidad empieza a forjarse desde su primera infancia.
Porque como bien dicen: “no te conformes con lo que necesitas, lucha por lo que te mereces”.
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Millones de niñas y adolescentes hoy aguardan nuestras respuestas y nuestras acciones.
Las mujeres aún no estamos en el lugar que nos corresponde, la igualdad entre hombres y mujeres sigue siendo una meta sin cumplir.
Por eso es importante crear lazos entre nosotras, apoyarnos, respaldarnos, defendernos y levantar la voz cuando una niña, adolescente o mujer, sea agredida física o verbalmente, pero particularmente, cuando sea asesinada.
Es tiempo de empoderar a nuestras niñas y adolescentes, alentarlas y apoyarlas en sus sueños, decirles que las mujeres somos valientes, hermosas, inteligentes, únicas, extraordinarias, brillantes.
Hoy la defensa de los derechos y de las libertades de las mujeres es de todas, porque solo juntas podremos seguir rompiendo la cultura machista y el techo cristal. Es tiempo de la sororidad.