El Instituto Nacional de Migración pareciera tener el cometido de acabar con el turismo colombiano a nuestro país. Se cuentan por decenas los no admitidos en los aeropuertos de la Ciudad de México, Santa Lucía y Cancún, gente que viene con fines turísticos, pero que encaja en los esquemas de protección, no a nuestro territorio sino más bien, a los intereses de los Estados Unidos de América.
Sí, la principal sospecha de los agentes migratorios mexicanos radica en que, los viajeros colombianos —y en general de América Latina— vienen a nuestro país con la intención de cruzar la frontera norte y llegar a la Unión Americana y, como desde hace décadas, nuestro instituto que regula la migración trabaja más en función de los estadounidenses que de los mexicanos.
Conversando con operadores turísticos, empresarios del sector, periodistas y ciudadanos en Colombia, manifiestan el mismo malestar: grupos enteros que no se admiten en territorio mexicano, personas que viajan con fines de turismo y que son rechazados por las autoridades migratorias mexicanas, al grado que hay campañas entre agentes de viajes y operadores colombianos para evitar que sus nacionales viajen a México —específicamente a Cancún, el destino más demandado— y lo cambien por alguno otro del Caribe, donde no exista el riesgo de la inadmisión sin un fundamento claro.
No podemos obviar que el Instituto Nacional de Migración, so pretexto de la seguridad nacional, no da explicaciones ni a los no admitidos ni a nosotros los contribuyentes que sostenemos dicha institución, del por qué no admiten a tal o cual extranjero, tienen un espacio de impunidad para no dar explicación alguna y actuar de forma voluntariosa. Incluso han llegado al grado de no admitir personas con visas humanitarias, así de extremo es el caso.
Este reportero ha constatado el amplio número de no admitidos en los últimos viajes realizados a América Latina: el año pasado unos 8 venezolanos no admitidos en un vuelo de Conviasa de Cancún a Caracas; media docena de colombianos no admitidos en un vuelo de Copa Airlines de Ciudad de México a Panamá, en este año 6 colombianos y venezolanos no admitidos en un vuelo de Copa Airlines de Santa Lucía a Panamá y el escándalo reciente —que incluso provocó un comunicado del Instituto Nacional de Migración— donde en un vuelo de Arajet de Santa Lucía a Santo Domingo, República Dominicana, 8 ciudadanos haitianos y jamaiquinos fueron no admitidos, con un escándalo en la puerta de la aeronave —y más de una hora de retraso— porque el agente migratorio mexicano se negó a mostrarle los pasaportes a dos de los inadmitidos antes de abordar. Cuatro vuelos, cuatro situaciones parecidas.
Por un lado, le quitaron a la Secretaría de Turismo el dinero para hacer promoción internacional, esto queda en manos de los estados y la iniciativa privada y por otro, mientras Colombia es el principal emisor de turistas de América Latina a México, se insiste a diario en no admitir a buena parte de los viajeros que llegan a nuestro país, ¿cuál es el objetivo pues del gobierno federal?, ¿proteger nuestras fronteras y nuestro territorio o acceder a las presiones de los Estados Unidos a cambio de perder el turismo colombiano?
Además de esta situación, los procesos lentos y burocráticos del propio instituto, retrasan por ejemplo, casi en su totalidad las operaciones de aerolíneas como Arajet en el aeropuerto de Santa Lucía, porque la línea aérea debe esperar hasta que Migración concluye los trámites de no admisión que se cuentan por horas, a pesar de ser un aeropuerto con escasos vuelos internacionales. Lo mismo ocurre con otras aerolíneas en el aeropuerto de Ciudad de México y Cancún.
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Este problema se ha acentuado en esta administración, pero es un problema viejo, llevamos años pagando agentes migratorios que revisan mexicanos fuera de las fronteras, los famosos filtros migratorios al aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Tijuana, por ejemplo, o el filtro migratorio en las salidas nacionales en el nuevo aeropuerto de Santa Lucía, esos agentes son pagados con nuestros impuestos para cuidar algo que suponemos, es en función de los Estados Unidos y no de nuestro país.
De nada servirá presumir en el Tianguis Turístico en poco más de una semana nuestro país, nuestras bellezas turísticas con los mercados internacionales, con los agentes y operadores colombianos que asistirán a México para ello, si al mismo tiempo el Instituto Nacional de Migración sigue actuando de esta forma.
¿Quién está capitalizando esto?, un país con seguridad y certeza migratoria, competidor directo de nuestro Caribe Mexicano: la República Dominicana, no le quiten el ojo que de no cambiar estos yerros, hacia allá se dirigirán los colombianos que solían venir a nuestras playas.