Las economías de todo el mundo se encuentran entrelazadas, si una de ellas se encuentra en un estado de incertidumbre, las demás tendrán repercusiones. Las buenas o malas decisiones de los gobiernos en materia económica, son lo que los puede mantener estables ante una posible recesión de Estados Unidos de América.
Ya hemos sido testigos sobre las consecuencias que pueden tener las erráticas decisiones en política económica del gobierno de López Obrador.
Se ahuyentaron inversiones e infraestructura extranjeras, como en el caso del aeropuerto de Texcoco que fue cancelado con una consulta “patito”. También, se pospuso el proyecto de Constellation Brands y se intentó condicionar la inversión de Tesla.
Por el mal manejo en materia económica, este gobierno ya se gastó la totalidad de los ahorros que el país fue atesorando a lo largo de 18 años de estabilidad económica y que en menos de un sexenio ya desperdició por mantener elefantes blancos como la refinería que no refina, el aeropuerto que no tiene vuelos y un tren que es sinónimo de devastación natural.
En el caso particular con Estados Unidos de América, México se vería seriamente afectado si el vecino país del norte entra en una recesión, esto debido a que es nuestro principal socio comercial, por lo que si las inversiones y las exportaciones disminuyen y las remesas bajan, se afectarán los sectores más vulnerables de nuestro país.
Los focos de alerta están encendidos. México puede salir bien librado si el Banco de México toma las mejores decisiones, sigue siendo autónomo y conserva su imparcialidad.
Urge que en la próxima elección los ciudadanos elijan por sacar a este mal gobierno y se comience a corregir el rumbo económico y social del país.