El colapso del Sillicon Valley Bank ha ocasionado nerviosismo en el sector bancario Estadounidense y por consiguiente, diversas inquietudes en los usuarios de la banca mexicana que se preguntan si deberían preocuparse o no por el colapso de estas instituciones en nuestro vecino del norte.
La pregunta en el sector gira alrededor de como se encuentra la economía mexicana para soportar estas turbulencias en el sector actual, ya que, si bien históricamente ha existido un reflejo en nuestro país, las condiciones han cambiado mucho desde la última vez.
La crisis que se vive por la quiebra de ciertas instituciones bancarias en el extranjero ha ocasionado que los usuarios de la banca retiren sus fondos por la falta de confianza en el resguardo de valores de los diversos bancos, lo que puede llevar al default de muchas de estas instituciones y a considerar un eventual rescate de éstos por parte del gobierno y a través de los fondos públicos.
Sin embargo, esta práctica se ha demostrado que genera más problemas que soluciones y resultan un nefasto precedente para el gasto público.
Si bien existe una codependencia entre la economía de los Estados Unidos de América y la mexicana. Nuestra economía ha demostrado una fortaleza sostenida en los últimos meses y el Banco de México ha actuado responsablemente ante el actual escenario de inflación para procurar el valor de la moneda mientras que el dólar americano vive una etapa de alta turbulencia, teniendo así indicios para mantener la calma ante situaciones adversas en el extranjero.
Anteriormente y según los expertos, se decía que, si a Estados Unidos le daba “catarro”, México sufriría una inminente “pulmonía”, analogía muy atinada para las distintas crisis suscitadas en el siglo pasado y a principios del presente.
Es verdad que los incidentes de nuestras economías se ven invariablemente reflejadas en la ajena, pero los tiempos actuales parecen indicar que el “catarro” actual de los Estados Unidos probablemente se reflejará en un “estornudo” mexicano.
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Económicamente hablando, México lleva un periodo considerable navegando en las aguas de la estabilidad, nuestra relación comercial con los Estados Unidos representa muchos beneficios, pero también algunas desventajas como la actual incertidumbre o los riesgos que representan los factores externos.
Sin ánimo de escandalizar, tomemos las precauciones necesarias. El sistema bancario hoy está dando señales de alerta global.