Les contaré una historia muy curiosa: la mañana del 5 de agosto de 1888, una señora llamada Martha Benz (el apellido se les hará conocido) se escabulló de su casa, agarró a sus dos hijos y le dejó una notita a su esposo, el señor Karl Benz.
Dicha notita decía que pasaría unos días con su madre. Lo que podría ser una anécdota sin importancia, pasó a la historia porque Martha tomó sin permiso el prototipo de auto de su esposo y viajó por carretera por más de 100 kilómetros. Ese auto sería la base para crear una marca que perdura hasta nuestros días.
Ese se considera el primer road trip de la historia, un concepto que va mucho más allá de ir de un punto “a” a un punto “b”: no importa tanto el destino sino el viaje, lo cual es un concepto profundo y en el que vale la pena detenerse.
Este tipo de viajes suelen ser una oportunidad para autoconocerse, para probar un poco de libertad y reflexionar sobre tu vida. Si tienen oportunidad, les recomiendo el libro por excelencia de cualquier viajero: “On The Road” de Jack Keourac, en donde relata sus aventuras por la América profunda.
Viajar en auto, pararse donde tú quieras, cambiar de ruta si te da la gana, ir con amigos, disfrutar ¿No te dan ganas de viajar de esta manera?
Hay varias películas sobre road trips en el cine mexicano. La última de ellas se estrena hoy viernes en streaming y fue escrita, producida y actuada por una mujer cuya energía es increíble y que invariablemente me pone de buenas: Martha Higareda.
Martha me platicaba que comenzó a escribir esta cinta cuando pasaba por un mal momento amoroso: se puso la gorrita de escritora un poco como terapia y un poco como un proceso liberador.
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La historia trata sobre cuatro amigas a las que, por diferentes razones, deciden emprender un viaje que, sin hacer spoilers, no resulta como ellas piensan. Lo que pretende ser una aventura, resulta un viaje de sanación y amistad.
Pero si lo vemos en otro nivel, está cinta también fue un road trip personal para Martha. Me contaba que “me ponía la gorrita de escritora, pero justo cuando estábamos en escena se nos ocurrían cosas o detalles que podrían mejorar la historia. Entonces me quitaba esa gorrita, me ponía otra y hacíamos los ajustes. Y luego me quitaba esa y me ponía otra”.
Creció ella misma como profesional y como persona, mientras recorría el arduo camino de la filmación.
“Esta es una película familiar. También es una película que le va a encantar a las mujeres y que definitivamente tienen que ver los hombres, para que se enteren de lo que decimos cuando ellos no están”, me dijo entre risas. “Tiene algunas escenas que tenía ganas de escribir, les va a encantar”.
Esta cinta es muy divertida: justo lo que necesitamos en estos días que a veces parecen tan complicados. Es una comedia honesta y para pasar un buen rato. Pero también es una cinta para reflexionar, poner una pausa en el camino, replantearse hacia dónde vamos y cambiar el rumbo según se requiera. Porque así es la vida: como un road trip.