Hoy vivimos días oscuros para nuestra democracia, el autoritarismo legislativo ya es abierto y público, arrasar con las minorías y destruir las instituciones son algunas de las características que definen a los régimenes autoritarios y antidemocratas.
El desaseo legislativo con el que se comportaron el grupo mayoritario y sus aliados la noche del viernes 28 de abril, al sesionar ilegalmente para cumplir los caprichos de Palacio Nacional, aprobando leyes a distra y siniestra, sin siquiera leer los dictámenes, no solo es de vergüenza, sino que viola totalmente la Constitución.
Por eso iremos a la Suprema Corte, a presentar cada una de las violaciones a la Constitución, a las leyes, al reglamento del Senado, a los procesos legislativos, pero sobre todo, para dejar claro el deseo constante de destruir la democracia, la división de Poderes, al Poder Legislativo, los contrapesos y nuestras libertades.
Lo ocurrido en la Antigua Casona de Xicoténcatl es una de las noches más oscuras en la historia del Senado, por el autorismo ahí expresado, por la falta de límites para atropellar la ley y por pasar por encima de la Constitución.
Cada día, afortunadamente, los medios de comunicación han dado cuenta de las inconsistencias, de las violaciones, de las trampas utilizadas para llevar a cabo una sesión, en donde lo primordial para el grupo mayoritario y sus aliados, era cumplir las indicaciones y los caprichos de un solo hombre.
Ahí están las notas que evidencian la alteración de las votaciones a la hora de desaparecer el Conacyt y extinguir Financiera Rural, o la legalidad de las firmas de senadoras, o también la toma de protesta a una suplente cuando la senadora titular está en funciones representando al Senado en una comisión en Europa.
La rapidez con la que fueron leídos los nombres de los senadores ahí presentes para evitar evidenciar que no había el quórum que marca la ley, así como la ausencia de integrantes del área de Servicios Parlamentarios para llevar el conteo de los votos, es una muestra clara de que el grupo mayoritario no fue leal a la Constitución.
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De tal suerte que impugnarenos 18 de las 20 leyes aprobadas, ya que como lo hemos dicho anteriormente, apoyamos y respaldamos la 3de3 contra la violencia, y por supuesto, la desaparición del Insabi, que ha costado miles de vidas.
En cada 12 minutos que tardaron, aproximadamente, en aprobar los dictámenes la noche del viernes, se puede apreciar el autoritarismo legislativo, la intervención del Ejecutivo en el Poder Legislativo, y la burla de quienes se dicen demócratas pero actúan bajo órdenes.
Lo bueno es que siempre después de la oscuridad llega la luz, y así va ser, porque confiamos en la Suprema Corte, y en las y los ministros, que a diferencia del grupo mayoritario y sus aliados, son leales a la Constitución.