Por un lado, el estado de Texas quiere más turistas mexicanos, invierte alguna cantidad de dinero en ello y los empresarios del sector, están conscientes de la importancia que tiene México como emisor de turistas de todo tipo: de placer, negocios, médico, inmobiliario y de visitas familiares.
Son millones y millones de dólares los que los viajeros mexicanos gastan en Texas anualmente, sin embargo, ello pareciera no figurar en la agenda del gobernador Greg Abbot, quien recurre a México para consolidar la estrategia política republicana.
Los últimos días con el mega despliegue que anunció de cuerpos de seguridad en la frontera con México, así como sus constantes discursos contra los migrantes, miles de ellos, que mueven la economía en su estado, incluso dentro de la industria turística.
La protección fronteriza es una responsabilidad federal en la Unión Americana, particularmente en manos del Customs and Border Protection (CBP).
Sin embargo, las presiones del gobernador de Texas para hacer sentir a cada visitante mexicano como si fuese sospechoso de algún delito o bien, de querer quedarse de forma permanente en los Estados Unidos, complica el flujo de personas desde nuestro país hacia sus principales puertos fronterizos (El Paso, Laredo, McAllen, Brownsville), así como de sus aeropuertos con vuelos desde México (San Antonio, Houston, y Dallas-Fort Worth).
Sin lugar a dudas hay mensajes encontrados en Texas, por un lado la promoción del turismo en México, por otro, las constantes acciones anti inmigrantes que, aunque son temas separados, se cruzan en la percepción política y social de los propios texanos y por supuesto, de nosotros como mexicanos al escuchar las posturas de su gobernador y la gente cercana en el poder estatal.
Si le sumamos a esta crisis, el tema de las armas, también es complejo y pone en riesgo a los turistas mexicanos, apenas el pasado 6 de mayo la balacera desatada en uno de los centros comerciales más promocionados en los Estados Unidos, los afamados “Premium Outlets”, en la comunidad de Allen, al norte de la ciudad de Dallas, supone un problema también para el desarrollo de un turismo seguro.
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Esta semana se lleva a cabo una visita de autoridades de Houston en nuestro país —incluyendo su alcalde—, en unas semanas se llevará a cabo el IPW 2023 en San Antonio (la feria turística más importante de los Estados Unidos), por lo que insisto, hay mensajes encontrados desde Texas.
Hay quien insiste —con una visión errónea— que el turismo, la seguridad y la política son temas separados, sin embargo forman parte del entorno social de un destino, mismo que resulta fundamental para que la promoción turística y sobre todo, el flujo de visitantes se haga con las garantías de seguridad necesarias.
A ver quién es el valiente en el gobierno de Texas, que le pone las cifras del turismo mexicano en el escritorio al gobernador Abbot, para que trabaje en función del turismo y no solo con la agenda política republicana que sostiene.