Aprender sobre estas increíbles nuevas tecnologías ha sido una tarea que llegó para quedarse desde hace ya más de cuatro décadas. Como nunca antes, nos hemos tenido que poner al día a un ritmo demasiado vertiginoso o, de lo contrario, nos vemos excluidos de prácticamente todos los ámbitos de la vida. Vivimos en un mundo dual, así que nada en esta realidad será absolutamente positivo o absolutamente negativo, por esto es que todo invento y creación humana, siempre genera ambos polos.
Como todo cambio, es mucho menos complicado asumirlo con los brazos abiertos, dispuestos y, como dice un maestro: bailando con lo que toque a la puerta, puesto que un cambio inminente es inevitablemente lo que sigue. Nada está detenido, nada nunca deja de estar en constante movimiento. Los cambios son la única constante, pero depende de la conciencia de cada uno de nosotros el por qué, para qué, cuándo, dónde, y cómo asumir y aplicar estos cambios.
Específicamente, ante el advenimiento de esta fase en la historia humana en la que la tecnología se acerca ya a lo que muchas novelas y películas de ciencia ficción han planteado como un futuro lejano en el que terribles cosas pueden ocurrir, debemos tomar conciencia de que siempre tenemos en nuestras manos el poder de elegir qué hacer con lo que nos toca.
Cada que la humanidad da un salto creativo en la ciencia, la tecnología, las humanidades y el arte, se abren y se expanden las infinitas posibilidades guardadas en el vacío, para que podamos seguir explorando nuestras capacidades en todo sentido. Pero parece ser que, justamente, parte de lo que venimos a aprender y que venía en las letras pequeñas, es qué tanta luz de la conciencia estará impresa en nuestras creaciones.
Como seres metafísicos y no sólo físicos, podemos iluminar los avances y realizaciones que vayamos dando como humanidad. Los teléfonos celulares, por poner el ejemplo más emblemático de esta Era, han posibilitado innumerables alcances, pero también han servido al polo negativo en la misma medida. No debemos dejar pasar desapercibido esto, ya que todas las creaciones emergen de la conciencia, por lo cual, es la medida de la conciencia con la que las tomemos, que tendrán su rumbo y destino para la humanidad.
Pueden ser tiempos mucho muy emocionantes puesto que nuevas puertas se abrirán para la medicina, las comunicaciones, los viajes, el mundo empresarial, la economía, el comercio, el arte, la conservación del medio ambiente, y la libertad humana. Podemos usar todo cuanto tengamos al alcance para la elevación de las virtudes, para dejar atrás masivamente las carencias, el sufrimiento innecesario, el desequilibrio creado por nuestras elecciones. Pero es nuestra decisión.
Es fundamental que recordemos que la Inteligencia Artificial deviene y también será producto de nuestra conciencia, para poder así darle la bienvenida sin miedos, más bien con responsabilidad y con claridad, y saber elegir sabiamente imprimiendo en esta más conciencia, más luz, y más posibilidades de dicha y plenitud para todos.