El 8 de junio es el Día Mundial de los Océanos establecido por la Organización de las Naciones Unidas como el día con el propósito de informar sobre el impacto de los seres humanos en nuestros mares y promover prácticas sostenibles para los océanos.
En una comparación muy bonita, la proporción de líquido que tenemos en el cuerpo es igual que la de los mares en la Tierra, que cubren entre el 70 y el 75% del cuerpo del planeta. Los mares producen el 50% del oxígeno, absorben gran parte del CO2, y constituyen el origen y sustento de la vida.
Aunque no se viva cerca del mar, estamos íntimamente relacionados a éste de muchísimas formas, pues si lo equiparamos con un órgano del cuerpo, los mares son los pulmones de la Tierra y una de las fuentes más importantes de alimentos y medicamentos.
Desde el aspecto espiritual, la importancia de los océanos radica en que en estos se imprime toda la vida emocional del planeta, son un medio en el cual se graba y transmite la información de los cuerpos emocionales. Los antiguos representaban el agua por medio de la figura del icosaedro (20 caras) en 3D.
Si quiere usted imaginar un símbolo para su corazón emocional, es adecuado hacerlo con esta figura, que hace que el chakra o centro energético del timo-corazón se activen. El agua y el icosaedro están relacionados con el sentido del gusto, con el otoño y afecta directamente a nuestras relaciones de todo tipo, pues es la energía del corazón en movimiento, los sentimientos positivos o negativos, la intuición y los sueños. El ADN que codifica nuestra información, está formado únicamente por el icosaedro y el dodecaedro, que están interrelacionados.
En la Universidad de Georgia, a principios de la década de 1990, descubrieron que cada célula del cuerpo que está enferma o que está dañada de una forma u otra, está rodeada por algo llamado agua no estructurada. Siempre, sea cual sea la enfermedad, y que cada célula sana, sin importar qué célula sea, siempre está rodeada de agua estructurada.
La única diferencia entre una y otra es extremadamente simple: radica en el número de electrones que están en las órbitas exteriores. Así que el agua que fluye a través de océanos y mares profundos, ríos y lagos en situaciones naturales que no están contaminadas es agua estructurada.
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Algunos maestros sufíes en Turquía han hablado de que existen cuerpos de agua que están vivos y tienen conciencia de Dios, y a decir del gran Maestro Drunvalo Melchizedek, se ha afirmado que nuestro planeta ha logrado sobrevivir desde hace más de 3 décadas, en las que hemos contaminado a la Madre Tierra en demasía, gracias a que hay conciencia en el agua.
Los océanos y cuerpos de agua son sagrados y vitales para nuestra supervivencia, no sólo física sino emocional. Es sumamente importante que de esta manera los honremos y que los gobiernos del mundo atiendan iniciativas y soluciones para regresar vida a las aguas, para que éstas nos sigan dando vida. Hagamos conciencia en todas las esferas en este importante día mundial.