El pueblo, el pueblo, el pueblo. Siempre el pueblo. ¿Sí quedó claro?
Como dijera el escritor y novelista James Salter: “a veces uno es consciente de cuando están sucediéndose los grandes momentos de su vida, y a veces los descubre mirando al pasado. Tal vez suceda lo mismo con las personas”.
Ante esta persona, ante este líder moral y humanista el suyo fue un discurso fuerte, poderoso, con datos duros, con resultados incuestionables, un mensaje con conciencia, con corazón, con pasión que resonó en un pueblo de miles de mexicanos que a pesar de la lluvia escuchaban con atención y alegría a Andrés Manuel López Obrador en el Zócalo de la Ciudad de México, principal plaza pública de la Nación con motivo de los 5 años de la llegada de la Cuarta Transformación. Nos convocó a una fiesta a la que nadie faltó.
Lo presidieron en el micrófono Luisa María Alcalde, Secretaria de Gobernación y la maestra Delfina Gómez, gobernadora del Estado de México. La primera centró su discurso en el tema del relevo generacional y de género; habló de todos aquellos jóvenes que orgullosos siguen en la lucha junto al Presidente desde la victoria del 2018 y resaltó el llamado a continuar participando en un movimiento honesto ¡que no se irá!¡No tiene marcha atrás!
En tanto, para la maestra Delfina Gómez “somos millones los que hemos acompañado a AMLO desde el desafuero… “¡ y aquí seguimos junto a nuestro líder, ya no en resistencia, sino a través de la revolución más profunda de nuestro país: la revolución de las conciencias. ¡Hoy somos los protagonistas de la historia Nacional y vivimos por primera vez una auténtica democracia!”
Al inicio de su mensaje, el Presidente celebró la fortaleza de su movimiento, y aseguró que la 4T está más fuerte que nunca, pues el pacto con el pueblo y su gobierno se han sellado. Emitió también palabras enérgicas y claras hacia la oposición exhortándoles “a dejar atrás las mentiras, la calumnia y prácticas corruptas”.
Luego dio el nombre y apellido al líder de esa oposición: Claudio X. González Guajardo.
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Él, dijo, “encabeza un Supremo Poder Conservador que intenta regresar a sus privilegios. Lo apoyan los traficantes de influencias y políticos corruptos, le obedecen los encargados de los partidos, abogados del Poder Judicial, intelectuales y periodistas vendidos”.
Resaltó que los delitos del fuero federal se han reducido 22 por ciento; el feminicidio en 38 por ciento, el secuestro 79 por ciento y celebró la labor de la Guardia Nacional, la Marina y Sedena. “En vez de militarizar al país estamos dejando de manifiesto que los marinos y soldados son pueblo uniformado, leales y patriotas”, agregó.
Prometió, ante miles de simpatizantes que coreaban: ¡Presidente!¡Presidente! que nada ni nadie podrá vencernos y enfatizó que su movimiento se fortalece gracias al apoyo del pueblo y así seguirá siendo a partir del despertar ciudadano.
También recordó lo dicho algún día por un campesino: “cuando la milpa se da bien, alcanza hasta para los pájaros”; lo anterior en alusión a los millones de mexicanos que están recibiendo los beneficios de los programas sociales, gracias a la excelente administración de los recursos y ahorros del actual gobierno.
Es un hecho que hoy llega de manera directa a 30 millones de hogares cuando menos un programa del bienestar, y los 5 millones de hogares restantes también se han beneficiado.
En Economía, el Presidente destacó que se han podido hacer negocios lícitos, con ganancias razonables toda vez que no se ha aumentado el precio del gas LP, del diésel; tampoco ha aumentado el precio de la luz, ni se han incrementado los impuestos.
“En la gente está la bondad y la lealtad verdadera. Si nos preguntamos quién es nuestro mejor aliado contestamos: el Pueblo”, aseguró en la parte final de su mensaje.
“¿Quién nos respalda?,¿Quién nos protege?,¿Qué somos? preguntó a los miles de ciudadanos ahí reunidos, y en unísono todos respondimos: ¡el pueblo!; ¡el pueblo, ¡el pueblo!
Como lo recordó la maestra Delfina esta tarde del 1 de julio: hay un documental llamado “Esto Soy”, producido por Epigmenio Ibarra en el AMLO dijo que se consagraría seis años a trabajar por su patria, “aplicarnos a fondo para transformar a México. Nunca traicionaremos al pueblo”.
Eso ha hecho.
Escuchar al Presidente en la plaza pública, en la Plaza de la Constitución nos fortalece como seres humanos, como políticos, como pueblo.