Ante el gobierno corrupto y negligente de Morena, es fundamental que exista transparencia y rendición de cuentas. Se necesitan órganos técnicos, autónomos e imparciales como la Auditoría Superior de la Federación (ASF) que vigile cómo los servidores públicos se están gastando el dinero de los mexicanos.
En años anteriores, la Auditoría Superior ha hecho público posibles daños al erario, como el caso de Segalmex, en cuya Cuenta Pública 2020, se detectó un desvío de 8 mil millones de pesos.
En el ejercicio 2021, se detectó que la Conade cuya titular, Ana Gabriela Guevara, había sido omisa en el cumplimiento de las recomendaciones. Las irregularidades son por casi 146 millones de pesos en el ejercicio del gasto público de esa dependencia. Lamentablemente, las anomalías persisten y están dejando a los atletas sin becas y sin posibilidades para competir en el extranjero.
Este no ha sido el único caso de desfalco a las finanzas públicas que ha hecho visible la ASF. Por ejemplo, en el primer informe 2022, entregado la semana pasada, se encontró que dependencias como la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes; la de Hacienda y Crédito Público; la de Educación Pública, así como la Defensa Nacional, no han aclarado cómo se han ejercido casi 53 millones de pesos.
La Auditoría Superior de la Federación ha encontrado desfalcos al erario, así como malas prácticas tanto del gobierno federal como de las administraciones locales. Desde su creación se había distinguido por ser imparcial y objetiva y así debe seguir siendo.
Sin duda, no puede permitirse una posible red de amiguismos con diversos diputados de Morena. Lo que debe prevalecer es su autonomía y su deber de fiscalizar a los servidores públicos. La ASF no debe subordinarse a los gobiernos en turno y sí debe vigilar cómo se gasta el dinero de los mexicanos.