El ecocidio es un daño grave y masivo a la naturaleza, de forma generalizada o a largo plazo, que conlleva una destrucción de los ecosistemas. En la mayoría de los casos supone un deterioro irreversible que pone en riesgo la vida del lugar.
Es tan grave el daño que se causa al mundo natural vivo, que incluso han surgido corrientes convencidas de que el ecocidio debe ser incluído en el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional junto con el genocidio, los crímenes de guerra y los crímenes contra la humanidad.
Debido a la construcción del Tren Maya, una de las obras de infraestructura emblemáticas del gobierno morenista que atraviesa áreas naturales y territorios habitados por comunidades indígenas, la selva está viviendo una devastación que afecta a los animales, a las plantas y al ecosistema en general de una manera letal.
La construcción de esta obra está causando deforestación, fragmentación de hábitats así como la muerte y el desplazamiento de la fauna local. Definitivamente la construcción del Tren Maya es un crimen contra la naturaleza, un ecocidio en toda la extensión de la palabra y todo motivado por el capricho de un solo hombre.
Aunque el gobierno federal lo niegue, activistas han recibido denuncias de muertes de animales por parte de los propios trabajadores de la obra. Únicamente en el tramo 5 se ha fragmentado el principal corredor biológico al norte del estado de Quintana Roo lo que ha ocasionado que las especies que quedaron entre el trazo y la carretera federal no tengan a donde ir por lo que cada día se ven más interacciones de animales con el espacio urbano.
Esta situación ha provocado varios atropellamientos de ocelotes y jaguares, en donde por lo menos una de ellas, estaba embarazada.
El daño ambiental hacia los animales también se observa en las zonas acuáticas pues se han rellenado aguadas y cenotes lo que ha provocado que los animales se vean obligados a trasladarse a otras áreas y como la península no tiene ríos de superficie sino que toda la fuente de agua es subterránea, estos animales mueren. La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) no se atreve a dar cifras de la cantidad de animales muertos durante la construcción de la obra.
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Debemos recordar también, que en su momento López Obrador prometió que ningún árbol sería talado sin embargo, de acuerdo con lo denunciado por un grupo de ambientalistas, van alrededor de 10 millones de árboles removidos aunque la cifra oficial es de 3.4 millones.
Puras mentiras del gobierno. Además, se desconoce el destino de esos árboles cuya madera tiene, en la mayoría de los casos, un precio altísimo en los mercados nacionales e internacionales lo que podría producir millones de dólares de utilidad.
No hay duda de que las consecuencias de esta obra plagada de corrupción, ilegalidad y crueldad serán devastadoras pues se está afectando tanto a los seres humanos como a la biodiversidad en general. ¡Ya la pagarán! Al tiempo…
DETALLES. Exigimos al presidente de la República que respete el proceso a través del cual el Frente Amplio por México elegirá a su candidata o candidato presidencial para las elecciones de 2024.
Es inadmisible que este hombre sin escrúpulos utilice a las instancias gubernamentales para perseguir y acosar a los aspirantes de la oposición tal y como sucede en las dictaduras. En estos términos, cualquier ciudadano puede ser víctima de este autoritario que no respeta ni la Constitución ni las leyes.