Señoras y señores se llegó el día de la gran noticia; Julión Álvarez pisó después de siete largos años, territorio estadounidense.
Este es un gran acontecimiento por varios poderosos motivos; el ‘Rey de la Taquilla’ es evidentemente una figura icónica del regional mexicano y tan larga ausencia allá, provocará que sus miles y miles de fans se vuelquen para verlo de regreso en los escenarios, hoy en día arenas y hasta estadios abren sus puertas al género, cosa que no sucedía antes y vuelve más atractivo el hecho.
Si a eso le sumamos la reactivación total de su música y la situación mediática que este regreso traerá, el resultado será muy pero muy beneficioso para el auténtico regional mexicano.
La onda bélica es un movimiento con mucha fuerza, sin embargo, no es lo que representa a tantos artistas que han venido trabajando durante muchos tiempo para preservar la cultura musical de todo un país, sí se escucha muy impactante la palabra ‘global’, pero precisamente por los alcances que esto conlleva, hay que gritarle al mundo que las cosas no son como parecen.
Bajo ese tenor es que hay que aplaudir una inminente gira de alguien como Julión para que suceda lo que con Los Bukis, lo que con Grupo Firme. La música tradicional con banda, norteño o mariachi merece y necesita que la regresen a dónde estaba, punto.
Claro que es importante refrescarla, claro que hay que hacer ajustes pero de ninguna manera ‘sobajarla’.
Ya desde hace meses se esperaba la liberación de visa de Julión, mientras tanto el y su equipo, deshojaban la margarita ante muchas propuestas de giras por la Unión Americana, serán hasta donde sabemos, pocos pelos pero bien peinados, así que la expectativa es grande.
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Musicalmente, habrá de terminar su contrato con Universal Music y de ahí seguir su propio camino de la mano seguramente de Copar Music, la empresa de su hermano Ricardo Álvarez.
En cuestiones personales, Julio César Álvarez Montelongo quien el 9 de agosto del 2017 fue incluido en la lista de la Oficina para el Control de Bienes Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos (OFAC), como resultado se le negó el acceso a ese país y sus cuentas fueron congeladas. Luego de un largo proceso primero quedó libre de cargos en México, posteriormente en Estados Unidos, sin embargo, la lucha no terminó ahí; había que lograr recuperar visas y lo logró.
Durante todo este tiempo, Julión recorrió una y otra vez la República Mexicana sin hartar a su público, ahí radica la magia, ahí la importancia de ser el rey de reyes, el tener un catálogo plagado de éxitos y no detenerse, lanzó nueva música sin ayuda de las plataformas las cuales lo rechazaron por su situación, navegó contra corriente sin redes sociales, pero nunca se rindió y eso tiene su recompensa.
A sus 40 años y en plenitud, Julión Álvarez está de regreso en México, Estados Unidos, seguramente Centro y Sudamérica y hasta España, una de sus prioridades.