La educación es un derecho, no una concesión graciosa. No se trata de educar por educar, por el contrario, conlleva una responsabilidad enorme, ya que los que las niñas, niños y adolescentes aprenden en las aulas les servirá para el resto de su vida.
Los actuales libros de texto gratuito van más allá de un adoctrinamiento y de los errores garrafales que se han mencionado, van de ser el ejemplo más claro de una mala estrategia para implementar educación de calidad.
Sin duda alguna hay una falta de rigor en la revisión de los textos, pero en el trasfondo, lo realmente es preocupante es que se está negando a millones de niñas, niños y adolescentes una educación de calidad.
No se trata de un debate de derecha o izquierda, de buenos o malos, se trata de poner en el centro a la educación del país, a las niñas, niños y adolescentes, que son quienes harán uso de estos libros, que fueron realizados en total opacidad y sin cumplir con la ley.
Es criminal que se les niegue la oportunidad de aprender de las matemáticas, a tener el gusto por la lectura, a conocer del vivíamos y la ética, a generarse su propio pensamiento en absoluta libertad. Y no solo eso, están usando las aulas como centros de adoctrinamiento político.
Lo anterior es tan grave que quiero dar un ejemplo de la forma en que no solo se pretenden convencer al alumnado de que la cuarta transformación es la mejor opción, sino también a las y los docentes, al afirmarles en las guías de nivel secundaria, que las Escuelas de Tiempo Completo se crearon para que las niñas, niños y adolescentes se convirtieran en capital humano al servicio del mercado, nada más falso, porque gracias a este programa se redujo la desnutrición y la deserción escolar.
Pero no solo eso, gracias a las Escuelas de Tiempo Completo muchas madres y padres trabajadores pudieron desarrollarse laboralmente, además de que el nivel académico registró una mejora.
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Con las Escuelas de Tiempo Completo se cerraron brechas de rezago educativo, sino que en su mejor momento, se logró contar 7 de cada 10 escuelas rurales e indígenas bajo este programa, lo que ayudó a que en estás comunidades nuestra niñez y adolescencia contarán con una alimentación sustantivo al día.
La aula es donde se empareja la brecha educativa, y estos libros de texto lamentablemente no lo harán, sino por el contrario, la incrementará. Esté gobierno no solo busca adoctrinar de manera burda, sino que les está negando su derecho a la educación de calidad.
Lo menos que espero es que estos libros no se distribuyan, que los amparos impidan que lleguen a las manos de nuestras niñas, niños y adolescentes, y que los padres de familia se nieguen a que sus hijas e hijos no reciban educación de calidad.