Opinión

Los zapatos

Zapatos de fútbol soccer. (Foto: Pexels)
Zapatos de fútbol soccer. (Foto: Pexels)

Amables lectores, desde niño uno de los objetos más preciados para un servidor han sido los zapatos de fútbol, los conocidos como “tacos” han representado trofeos conquistados y así como hoy los chavos presumen de tener el teléfono más novedoso o el videojuego más apegado a la realidad, a finales de los años 70 y comienzos de los 80 el traer un buen par de zapatos de “fut” era motivo suficiente para ser considerado por el resto del grupo futbolero y para integrarse en las cascaritas.

Mi padre me compraba un par cada año en la ya retirada tienda de Jesús Zárate ubicada en la calle de Allende, ahí se vendían los “Olmeca” o los “De Soto” que aguantaban todo tipo de superficies y resistían las canchas de tierra, con piedras, uno que otro vidrio y en ocasiones lodazales pantanosos.

Eran color negro, había que bolearlos todos los sábados y quien no lo hiciera corría el riesgo de quedar fuera del once titular, los zapatos se cuidaban y la mayoría sabíamos que debían durar el año escolar completo, por lo que ya se imaginará usted que por los meses de mayo y junio estaban prácticamente lisos.

Años más tarde aparecieron en el mercado los famosos Garcís, respaldados por una campaña publicitaria con Manuel Negrete, los Adidas Copa del Mundo y los intercambiables Hugo Sánchez de la marca alemana, que solo los pudientes calzaban y que poco servían en las canchas de tierra.

Actualmente, la oferta es amplia, para todos los gustos y bolsillos; los jugadores profesionales firman contratos para usar zapatos de determinadas marcas y los mismos cada vez son más ligeros y feos.

Los Adidas de Messi, los Nike de Ronaldo, los Puma King que usaba Maradona, los Cóncord de Cuauhtémoc Blanco, los Garcís del Chucho Benítez, los Lotto de Hugo Sánchez y hasta unos espantosos Pirma color rosa que andan por ahí todavía se encuentran en las canchas profesionales y de llano.

El poseer el calzado de moda sigue siendo el objetivo de la gran mayoría de jugadores y los que, aunque no jueguen, se visten para la foto.

La polémica gira en torno a la línea fosforescente, esa que dicta que mientras más brillante sean los zapatos, más caros costarán; particularmente prefiero los tradicionales negros con sus detalles en blanco, los de tacos de aluminio han dejado de ser comunes y los intercambiables también parecen que pierden presencia en el ánimo de los jugadores ante los nuevos modelos que traen integrada una especie de tobillera.

En los equipos profesionales los utileros cargan maletas llenas de zapatos, los etiquetan, los bolean y los ponen a disposición del jugador que con base en las características de la cancha elegirá el par adecuado para estar lo más cómodo posible.

Como todo en la vida la evolución es constante, la tecnología en todas las áreas del fútbol se hace presente para hacer el juego más ágil, más rápido y más cómodo.

Actualmente, mientras más ligeros, más caros, algunos ya no utilizan agujetas y en algunos modelos son tipo bota.

Cuando una lesión, suspensión, el paso del tiempo o las actividades ya no le permitan jugar fútbol, mi consejo es limpiar los zapatos y darse una vuelta por cualquier liga de llano, seguro ahí encontrará a algún jugador que los recibirá como el regalo más valioso y les dará nueva vida.

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