Hoy en día ya no importa si es de mañana o de noche, si es en la privacidad de un hogar o en las calles, asesinar a las mujeres se ha convertido en un crimen cotidiano.
El asesinato de Milagros Monserrat no solo debe indignarnos a todos, sino que debe ocuparnos, porque es impensable que las mujeres ahora no podamos caminar por las calles, ni ir con tranquilidad a nuestro trabajo o escuela, sabiendo que nos podemos cruzar con un feminicida.
Me duele decir que no es la primera vez que escuchamos y leemos de un feminicidio en nuestro país, porque lamentablemente en México se asesinan a 11 mujeres diariamente por el simple hecho de ser mujer.
De no ser por las redes sociales, muchos criminales estarían caminando por las calles de nuestro país como si nada, o bien, buscando a su próxima víctima.
La historia de Milagros Monserrat es lamentable por donde quiera que se le vea, era su cumpleaños y en casa la esperaban para celebrar. Como madre de familia, de tres mujeres, duele que nuestras hijas no estén seguras.
Gracias a la sociedad que ante los hechos no fue indiferente y se pudo detener al feminicida. Entre más nos protejamos unos a otros, particularmente si se trata de mujeres, estos criminales no podrán ocultarse por mucho, y el velo de la impunidad se caerá con más rapidez.
Está comprobado que cuando la sociedad es unida, valiente y solidaria, los criminales dejan de vivir en la impunidad y el cinismo.
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Milagros Monserrat podría ser una de nosotras. Lamentablemente la estrategia “abrazos no balazos”, no solo protege a quienes forman parte del crimen organizado, sino también a los feminicidas.
Nadie puede ser indiferente al asesinato de una mujer, porque al hacerlo, protegemos al asesino, no importa si somos hombres o mujeres, los feminicidios pueden ocurrir frente a nosotros, a nuestra vista.
Mujeres, hoy como nunca seamos sororas entre nosotras, demos la mano a la mujer que esté cerca de nosotras, y más si está en peligro. La indiferencia mata y nos hace cómplices del feminicida.
Pidamos ayuda si vemos que una de nosotras se encuentra en riesgo, levantemos la voz no solo el 8 de Marzo, sino todos los días, porque los feminicidas atacan diariamente. Que la sororidad no sea solo de palabra, sino real, auténtica.
Por Milagros Monserrat y por todas las que fueron víctimas de feminicidio, ¡ni una asesinada más!, ¡ni un feminicidio más!