Estamos en la recta final de la administración del presidente López Obrador, hemos visto un sinfín de informes, pero no resultados en beneficio de las familias mexicanas.
Sin duda, ha habido un cambio, una transformación, aunque lamentablemente, ha sido en detrimento de los mexicanos. Hoy no hay un sistema de salud eficiente, la inseguridad está en sus índices más altos y hay un desempleo brutal.
Una vez más, su mensaje político no corresponde con la realidad que viven los mexicanos día con día. En su evento del viernes desde Campeche, mostró su desconocimiento sobre las necesidades del pueblo de México.
De manera tramposa, López Obrador utiliza cifras a modo para tergiversar la realidad y desinformar a los mexicanos. Utiliza el poder que le da el micrófono presidencial para pintar un México que sólo existe en su imaginación.
En el México real, la inseguridad, la pobreza y la marginación van en incremento, hay crisis en los campos porque el crimen organizado los tiene cooptados. Ante la ausencia de políticas públicas eficientes, se han contabilizado, tan sólo en este gobierno, más de 160 mil asesinatos, más de 44 mil desapariciones, más de 400 mil personas en pobreza extrema y una crisis en la cosecha de limón y aguacate en Michoacán, entre otros muchos problemas que Morena no ha podido resolver.
Que el presidente López Obrador diga que se erradicó la impunidad y los lujos del gobierno, es la muestra clara de que mentir es su costumbre, lo hace dolosa y deliberadamente. Los videos que se hicieron públicos de la fiesta de la familia presidencial en Sinaloa, tira el discurso de austeridad y de que se acabaron las extravagancias.
En un país donde faltan medicamentos, donde hay masacres y la inseguridad está desbordada, es inverosímil que el primer mandatario utilice “sus propios datos” para encubrir su mal gobierno. Nuevamente, a este informe le faltó autocrítica y le sobraron mentiras.