Opinión

La razón de Ser

.
Foto: (Dreamstime)

Existe un término japonés sumamente interesante que define la razón de ser de una persona o el sentido que alguien le otorga a su vida para que esta valga la pena. La cultura japonesa llama Ikagi a este concepto que describe la satisfacción que cada uno encuentra para seguir viviendo, dentro del efecto Shinkansen, que toma fuerza cuando ocurrió el llamado “milagro japonés” entre 1960 y 1980, período en el cual Japón pasó de la devastación de la posguerra a convertirse en la segunda economía mundial.

Quienes supimos de ese fenómeno, mucho nos preguntamos ¿cómo fue que esto ocurrió desde su mentalidad? Pues esa es la clave para salir adelante. La cultura japonesa es admirable por su capacidad de adaptación y resiliencia, pues en una situación extrema como la que atravesaron, sería obvio pensar que pudieron ir de mal en peor o que iban a tardar mucho en recuperarse.

Pero ¿qué fue lo que hizo la diferencia total? Su actitud y postura mental. Partir del concepto Ikagi de tener un sentido de satisfacción en la vida, es una visión muy buena para combatir los niveles elevados de estrés y ansiedad cuando estos hacen muy difícil o, a veces, imposible sentirse bien y feliz. El sistema propuesto por Ikagi resulta ser muy eficiente cuando debemos reorientar nuestro rumbo.

Este se basa en la combinación de cuatro pilares que son: lo que a una persona le gusta y le apasiona, lo que una persona sabe hacer bien, lo que el mundo necesita de nosotros y aquello por lo que se puede recibir una recompensa. Esto se asemeja mucho a la definición de salud mental de la Organización Mundial de la Salud, que dice que es un estado de bienestar que ayuda a un individuo a realizar su potencial. Es muy importante que conectemos con los factores que, de acuerdo al concepto de Ikagi, debemos tener presentes para generar un estado de plenitud.

Ciertamente, cuando alguien trabaja en algo que no sólo no le gusta, sino que desprecia, jamás podrá ser feliz, al igual que si carece de un sentido conectado de lo que le apasiona en la vida, aunque sea como hobbie, o si no recibe nada en intercambio por su esfuerzo. Que podamos tener recompensas por lo que hacemos o por aquello que trabajamos, es fundamental para tener un equilibrio sano que nos haga dichosos.

Una cosa es dar un servicio sin esperar nada a cambio, que también forma para de lo que el mundo requiere de nosotros, pero otra muy específica es que por la ejecución y aplicación de nuestros talentos y habilidades, recibamos una remuneración justa, al igual que el reconocimiento, las preseas y los bonos que nos estimulen para seguir creciendo, seguirnos preparando y seguir desarrollándonos en todo sentido.

Esa es la naturaleza de la vida. Una de las primicias de la cultura japonesa y oriental, es saber que lo único que no cambia es el cambio, por lo tanto, debemos continuar con lo que viene tomando lo mejor de cada experiencia con lo mejor de nosotros. Encontrar el sentido por medio de los fundamentos del Ikagi es sencillo, aunque como todo, requiere de nuestra parte permitiendo aflorar de manera espontánea y natural aquello que ya nos atrae, y que ya somos, servir a la vida y buscar la recompensa que nos satisfaga.

Por lo pronto, es muy efectivo dar un primer paso comenzando por encontrar un motivo que venga de usted mismo para levantarse cada la mañana con entusiasmo, empuje y alegría.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

Tags

Lo Último