Este año las fiestas patrias fueron una muestra más del egocentrismo del inquilino de Palacio. Su egolatría ha llegado a tal nivel que en esta ocasión decidió que una celebración de las y los mexicanos giraría únicamente en torno a él, ahora hasta se siente el dueño de los festejos nacionales.
La fiesta de Independencia no es un acto de gobierno como López Obrador lo cree, al contrario, con ella se impulsa la identidad nacional y por esta razón los tres poderes deben figurar siempre pues su tarea es representarnos.
El hecho de haber vetado al Poder Judicial y al Legislativo de las celebraciones del 15 y 16 de septiembre además de demostrar su hambre de control y su nula capacidad para manejar la relación que debe tener el presidente de la República con los otros dos poderes de la Unión, nos ha hecho ver por una parte, el terror que le tiene a la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Y por la otra, la poca importancia que le da al momento histórico que vive México al tener mujeres que lo representan pues ni la ministra Norma Piña, presidenta de la Suprema Corte, ni las presidentas de las Cámaras que integran el Congreso de la Unión, la senadora Ana Lilia Rivera y la diputada Marcela Guerra, fueron tomadas en cuenta.
Al gobierno morenista una vez más no le importaron ni las instituciones, ni los mexicanos y mucho menos la democracia dejando en evidencia su autoritarismo, misoginia e intolerancia.
Como si esto no fuera suficiente, ante la estrategia en materia de seguridad basada en “abrazos y no balazos”, en 12 municipios del país, se suspendieron las fiestas patrias con motivo de la violencia.
Definitivamente el grito debió haber sido en honor a las personas que cada hora desaparecen en México, en honor a los más de 3 mil niñas y niños que por falta de medicamentos oncológicos han muerto, en honor a los 20 millones de personas que sin el Seguro Popular se quedaron sin atención médica y en honor a los más de 150 periodistas activistas asesinados. Al tiempo…
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DETALLES. El presidente de México hace a un lado a las mujeres que representan al Poder Judicial y al Legislativo pero eso sí, la tiranía fue protagonista durante el desfile militar del 16 de septiembre pues pudimos observar la presencia de tropas militares rusas, un país invasor, así como de los ejércitos de regímenes autoritarios como Cuba, Nicaragua y Venezuela. Las acciones de López Obrador hablan por sí solas, es evidente que repudia la democracia.
Quiero ofrecer una sincera disculpa a los ciudadanos de esos países y que tengan la certeza de que la manifestación de autoritarismo que se vivió durante el desfile no forma parte del sentir ni de la forma de pensar del pueblo de México.