Por DZ
El Creador le habló al Pueblo. Le instruyó sobre cómo cuidar su creación. Podrían vivir en armonía con el planeta, recordando y honrando estas buenas palabras.
El Salmón había sido creado especialmente para ellos. “Asegúrense de pescar sólo la cantidad que necesiten para comer, y siempre tendrán suficiente”.
Durante muchos años, vivieron de acuerdo con estas buenas palabras, siempre había suficiente para todos.
Pero olvidaron su promesa. Coyote les dijo que el Salmón siempre estaría ahí para ellos. La gente comenzó a desperdiciar el salmón. Entonces los jóvenes que crecieron así se alejaron cada vez más de las buenas palabras. El tiempo pasó rápidamente y un día descubrieron que ya no había salmón. La gente caminó río arriba y río abajo, buscando. Los niños y los ancianos pasaron hambre y fue una época de mucho sufrimiento.
Un día encontraron un salmón muerto en la orilla del río. Recordaron las buenas palabras del Creador y se dieron cuenta de lo que habían hecho. Convocaron a un consejo para hablar sobre cómo podrían corregir lo que habían hecho. Hablaron de cómo en el pasado, aquellos con poderes sobrenaturales podían devolverle la vida, ritual tras ritual obtenían el mismo resultado: el salmón no regresaba.
Entonces alguien sugirió buscar al Viejo Cascabel que vivía solo en la montaña. Enviaron un mensajero. “¡Ayúdanos! ¡a recuperar el salmón! “¿Qué te hace pensar que tengo poderes sobrenaturales?” preguntó el anciano “Eres nuestra única esperanza. Hemos intentado de todo y fracasado”. Finalmente, accedió, pero como era tan mayor, le tomó tiempo llegar.
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Mientras esperaban, aquel que había engañado a la tribu y que llevaba el nombre de Coyote, hizo todo lo posible para convencerlos de que él tenía poderes sobrenaturales. Movió con el pie a un salmón que había agonizado junto a la orilla. “¡Miren! ¿Vieron moverse el salmón? ¡Soy yo al que deben hacer caso! Pero después de haber pasado hambre, el pueblo finalmente se dio cuenta de que Coyote mentía.
Finalmente llegó el Viejo Cascabel. Lentamente se dirigió hacia el salmón se acercó y desapareció, metiéndose en el salmón. De pronto se llenó de nuevo el río y el pueblo agradecido se comprometió a no pescar de más.
Reflexión
El salmón fue fundamental en la dieta del pueblo Yakima. La supervivencia no era fácil en la región habitada por ellos, sobre todo en los duros inviernos. Washington, y cerca de la frontera con Canadá, fue su hábitat durante mucho tiempo. De ahí la creación de una leyenda que alertara contra la sobrepesca del salmón.
Se cree que este pueblo llegó a este territorio hace 12.000 años, pero no formaron una tribu identificable hasta 1750. Sobre 1775 sufrieron la primera epidemia de viruela, traída por los colonos europeos, y fueron diezmados. En 1910 sólo quedaban 2.300 personas, pero según la página World Population Review, la población de Yakima en 2023 es de 95,957.
Fuente: Earth Story Collection
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