Para algunos puede parecer molesto, una burla o hasta una provocación lingüística, sin embargo el lenguaje inclusivo es la defensa contra la violencia a la comunidad LGBT+.
Esa negativa a adoptar el uso de la “e” esconde fobias, revela el rechazo a validar identidades de género y contribuye a la escalada violenta con riesgo letal.
El idioma es un territorio de lucha, donde el uso de estos morfemas está en un contexto de conquistas en derechos y lenguaje.
La búsqueda de expresiones no sexistas abarca el uso de la “@” y la “x” para referirse a vocablos genéricos. Junto con la “e” conviven aunque con matices: la arroba solo alude a lo femenino y masculino, mientras la equis es más empleada en los escritos.
Es fundamental comprender que el lenguaje inclusivo es un acto de igualdad, empatía, respeto a la diversidad de género y un paso hacia la construcción de una sociedad donde las personas LGBT+ puedan vivir sin miedo a ser discriminadas o violentadas.
La muerte de le magistrade Jesús Ociel Baena desató discursos de odio en redes sociales que cuestionaron el porqué llamar de esa forma a quien tenía una credencial de elector con una X en el apartado “sexo”, en lugar de las tradicionales M o H. Una narrativa de violencia.
Este lunes se conmemora el Día Internacional de la Memoria Transexual, para recordar a las personas asesinadas por la transfobia, así como la importancia de fomentar la inclusión en todos los espacios.
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Con el fin de identificar y erradicar los diferentes niveles de violencia, desde las burlas hasta el transfeminicidio, el Consejo Ciudadano de la Ciudad de México diseñó el TRANSviolentómetro —disponible en su sitio web—, y a través de la Línea y Chat Nacional Diversidad Segura, 800 000 5428, ofrece apoyo psicológico y jurídico gratuito, 24/7, confidencial, a todo el país.
El leguaje inclusivo hace la diferencia entre igualdad y violencia, y es un trabajo de todas, todos y todes.