El perfil de las tres mujeres propuestas es indiscutible, ya que llevan años de trayectoria dentro del mundo jurídico con credenciales importantes en cuanto al conocimiento jurídico y social del país. De ahí su idoneidad y la relevancia de su propuesta para ocupar un lugar más en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
No podemos dejar de lado que todas y todos los Ministros cuando asumen el cargo hacen un juramento para guardar y hacer guardar la Constitución de nuestro país. Por lo tanto, el creer que no pueden acceder a un cargo de esa índole por haber trabajado en otras administraciones les impide desempeñar su trabajo con probidad, independencia y profundo respeto a la legalidad, constitucionalidad y convencionalidad.
En este tipo de cargos debemos observar la capacidad técnica de las personas que se proponen y, por medio de un escrutinio claro de su trayectoria, la solidez de sus decisiones en materia jurídica y la garantía de autonomía, nombrar al perfil que va a hacer respetar la soberanía de nuestro país y resolver más allá de normas jurídicas rígidas, con una visión social que los órganos jurisdiccionales han olvidado a pesar de que la interpretación normativa se los permite.
Las tres mujeres propuestas no tienen antecedente alguno de una filiación política que les haya hecho tomar una decisión de forma inadecuada o no fundada en derecho. Parte del desarrollo ciudadano en nuestro país es tener una forma de pensar que nos lleve a tender más o menos en favor de una corriente ideológica. Es el carácter subjetivo que múltiples estudios del derecho han referido respecto de las y los jueces en un estado democrático.
Más allá de ello, contamos con unos currículos que demuestran una experiencia vasta, libre de presiones y con una atención clara a la norma jurídica, elementos fundamentales para formar parte del máximo tribunal de nuestro país y evitar un colapso ante la falta de uno de sus miembros.
Este es un momento ideal para que el Senado de la República sostenga un diálogo profundo sobre las capacidades y no sobre la vida personal de quienes se han propuesto. Porque esta decisión será un parteaguas para nuestra Corte que se ha caracterizado por el profesionalismo y respeto a nuestra Constitución.