Opinión

Crecimiento incontrolado de tiraderos clandestinos

Crecimiento incontrolado de tiraderos clandestinos
Foto: Victoria Valtierra | Cuartoscuro (Victoria Valtierra Ruvalcaba)

Es innegable que existen problemas en las grandes ciudades derivados de la inacción o poco interés de las autoridades, o incluso por la carencia de presupuesto para resolverlos. Sin embargo, debemos admitir, amables lectores, que la notoria falta de cultura cívica ciudadana también los provoca, fenómeno que se manifiesta no sólo en las grandes ciudades sino en las pequeñas y medianas.

Uno de esos problemas graves que incluso atenta contra la salud de las personas y el medio ambiente es el que se refiere a la presencia de tiraderos clandestinos de basura en el Valle de México.

El problema es tan grande como preocupante. Tan sólo en lo que va de este año, las estadísticas señalan que se tienen registrados un total de 895 lugares donde se tira basura de manera clandestina que generan un promedio de 228 toneladas al día, convirtiendo espacios públicos, autos abandonados, terrenos baldíos, vías de ferrocarril, parques, viviendas vacías en tiraderos de todo tipo de desperdicios causando olores fétidos, presencia de fauna nociva, y muchas afectaciones más al hábitat natural y a la salud de los ciudadanos, que pese a ello, no dejan de arrojar desperdicios en lugares no destinados para ello.

Tratar de encontrar a los causantes de estos tiraderos, es cuestión casi imposible. Pues por un lado, las autoridades señalan que los esfuerzos de las 16 alcaldías y municipios conurbados, por retirar los desechos de estos sitios resultan insuficientes, pues crecen como lirio acuático.

En los últimos tres años se identificaron mil 89 puntos donde las personas arrojan la basura. Por el otro lado, hay habitantes que consideran que son las demarcaciones las que descuidan las zonas por la falta de presencia de camiones de basura.

Y entre lo que son peras o son manzanas, amables lectores, la acumulación de basura en lugares no apropiados crece día a día, provocando afectaciones que van desde generar focos de infección, taponamientos de coladeras, propagación de ratas y cucarachas, muerte de flora y fauna del sitio, ya sea por intoxicación por los componentes de los residuos, o por la alteración del equilibrio ecológico del lugar.

Vale la pena mencionar, amables lectores, que en este gigantesco problema, la opinión del Jefe del Departamento de Tecnología Ambiental de la Facultad de Estudios Superiores de Acatlán, César González, ha puesto el dedo en la herida. Indica que la presencia de tiraderos responde al consumismo, además de la falta de cultura cívica.

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El académico señala que hay programas donde los camiones pasan o, incluso, existe la alternativa de vender algunos desechos en una estación de transferencia; pese a ello, muchos ciudadanos, embozados en la oscuridad, o en horas de poco tráfico de transeúntes, ven la oportunidad de dejar sus residuos en la esquina, o en plena calle, después otra persona hace lo mismo, lo que va construyendo una pila de basura.

En este esfuerzo es necesario mencionar que el pasado 22 de noviembre la Gobernadora del Estado de México, promulgó la Ley de Justicia Cívica del Estado de México y Municipios, veremos los resultados que arroje su aplicación, pues no es cosa menor que previo a la temporada de lluvias en el Estado de México se retiran de las alcantarillas y sistemas hidráulicos cerca de 6 mil toneladas de basura.

Entonces, amables lectores, la conciencia cívica es uno de los pocos recursos que nos quedan para erradicar este grave problema en las ciudades de todo tamaño en el país. Sin esta cultura de respeto por nuestro entorno difícilmente sortearemos las consecuencias contra nuestra salud, que van de la mano con la acumulación de desperdicios en lugares públicos. De nosotros depende el cambio.

Hasta la próxima.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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