Hace unos días escuché en una entrevista radiofónica que el conductor le decía a una candidata, que además de todas las tareas que tenía que realizar, en caso de ganar en 2024, también debía “cuidar al marido”.
Sin duda alguna compruebo que la violencia machista, misoginia y de género, comienza verbalmente. Y que hoy, en el marco del proceso electoral de 2024, muchas de las candidatas, desafortunadamente, la padecerán.
La violencia verbal contra las mujeres es silenciosa, porosa y fugaz, por eso no la detectamos tan fácilmente. Ésta va desde un: “seguro estás en tus días”, “menupausica”, “anoche no te dieron”, “¿cuántos kilos sin verte?”, “qué fea te ves con ese vestido”.
Lo mismo cuando le dicen a un niño o joven: “corres como niña”, “lloras como niña”, “¡ay la nena”, como si ser mujer estuviera mal.
Creo que todas en algún momento de nuestra vida hemos padecido violencia verbal. Es importante detectarla porque a su vez se convierte en violencia emocional, psicológica, física, sexual, y en ocasiones, en un feminicidio.
Poco hablamos de ella cuando deberíamos hacerla presente en nuestras conversaciones, pues solo así podremos erradicarla. La violencia verbal merma nuestra amor propio y autoestima. De ahí que sea importante reeducarnos todas y todos, ya que en ocasiones somos las mujeres quienes la ejercemos.
La violencia verbal también la padecen nuestras niñas y adolescentes a través del bullying y ciberbullying. A muchas de ellas les ha costado la vida.
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Esas burlas sobre su cuerpo, cabello, voz, estatura, son violencia, y la mayoría de las veces, comienza en casa y en la escuela. En lugar de ello, comencemos por decirle a nuestras niñas y adolescentes que son inteligentes, bonitas, extraordinarias, brillantes.
Las mujeres tenemos la obligación de ser sororas. De enseñar a nuestras hijas, sobrinas, hermanas, amigas, a no permitir que alguien las agreda verbalmente, pero al mismo tiempo, enseñarles a respetar a las demás.
La sororidad debe aplicarse siempre, aun cuando no simpaticemos entre nosotras, aun teniendo pensamientos e ideologías diversas; credos, gustos, edad, o carreras diferentes.
En el marco del Día Internacional para Erradicar la Violencia contra las Mujeres, es indispensable hacer visible la violencia verbal. Reflexionar en la urgente necesidad de comenzar a cambiar nuestro lenguaje.
La violencia contra las mujeres cada día es más peligrosa. Vayamos por un lenguaje sin violencia, sin estigmas, sin machismo y sin misoginia.