En algunos principios de la naturaleza encontramos herramientas para prevenir ciertos delitos casi en su totalidad.
Leave No Trace —no dejar rastro— es un argumento central en la relación de los seres humanos con el espacio natural y su preservación.
Esta idea, aplicada a la seguridad personal implica, justamente, no dejar evidencia de nuestras actividades en el mundo físico o virtual, que pueda ser empleada por depredadores patrimoniales.
Por ejemplo, si dejamos rastro al vacacionar, aumenta la probabilidad de robo a casa habitación.
Así como hay una inteligencia en la planeación de los viajes, la hay también delincuencial en temporadas particularmente atractivas, como la decembrina, para ubicar víctimas.
Llamadas de sondeo, recorridos nocturnos para localizar viviendas solas e incluso navegación en redes sociales para conocer las actividades de quienes gustan compartir los sitios donde se encuentran, forman parte de las estrategias delictivas.
En la Ciudad de México, de acuerdo con datos del Consejo Ciudadano, por cada robo a casa habitación con violencia —ante la presencia de alguno de los habitantes— se registran otros nueve sin violencia —ante la ausencia generalmente en fines de semana o temporadas vacacionales.
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Ahí reside la posibilidad de profundizar la disminución en este delito, a partir de medidas como crear acuerdos familiares o vecinales para una vigilancia constante del hogar o instalar cámaras de videovigilancia.
En redes sociales es básico no dejar huella de la ausencia en casa, y si el deseo por subir la selfie es superior, es recomendable configurar los filtros de privacidad.
Establecer una conexión apropiada con instancias de seguridad pública o apoyo jurídico es útil. La app Mi Policía permite conectar con el cuadrante de vigilancia correspondiente, y en la Línea de Seguridad y Chat de Confianza, 55 5533 5533, ofrecemos asesoría gratuita, 24/7, a todo el país.