No estoy segura que la palabra urgencia sea el calificativo adecuado, sin embargo, las reformas se deben de realizar en función de la necesidad, lo cual es innegable en todos los casos planteados en ese paquete de cambios que revisten su importancia en que impactan directamente a nuestra Constitución y, con ello, a una visión de Estado diferente conforme a situaciones que no necesita una persona o un grupo, sino un país entero.
Y es que si nos metemos al detalle, veremos que, justo en un periodo donde los mayores cambios benéficos que se trataron fue directamente a los trabajadores con un aumento histórico al salario, por lo que una reforma en materia de pensiones es necesaria y urgente porque si la precarización laboral es grave, lo es aún más que una persona dedicada toda su vida al servicio reciba una pensión indigna y sin poder adquisitivo.
En materia político electoral no existe un solo país que pueda o deba mantenerse estático. Estamos en un momento histórico en que las campañas políticas y la interacción de la ciudadanía ya no es como antes.
Hoy, con mayor involucramiento y necesidad de transparencia, debemos, por lo menos, analizar el escenario que se nos presenta a fin de que la democracia se fortalezca y se invite al pueblo de México a intervenir más en las decisiones que le afectan.
Lo mismo sucede con una reforma judicial, ya que, lejos de cualquier intento de intervenir en la autonomía de un poder, se busca un sistema judicial que busque, precisamente, la justicia, no sólo al momento de emitir resoluciones, sino en la propia estructura de un Poder que por el devenir histórico se ha cerrado a perfiles importantes que egresan de universidades públicas y que le pueden dar un enfoque social a la justicia.
Si, a final de cuentas, creemos que las reformas no son necesarios o urgentes en sí mismas, el hecho de enviar una reforma de ese calado es un claro mensaje de que debemos entrar al debate de esos temas que se han relegado en la idea de que no se necesita cambiar nada cuando la realidad es que todo es perfectible.
En el marco de un aniversario más de nuestra Constitución, debemos aceptar que hemos cambiado como país y como sociedad, por lo que la discusión y análisis de estas reformas deben abrirse al pueblo de México para que ellos decidan su futuro.